La extrema derecha se impone en Francia con la figura de Marine Le Pen.

La Razón

Este domingo se celebra la segunda vuelta de los comicios legislativos para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional. El partido de Marine Le Pen parte como favorito, pero las encuestas lo sitúan lejos de la mayoría absoluta:

Francia vota este domingo en la segunda vuelta de las elecciones legislativas para elegir a los 577 diputados que formarán la próxima Asamblea Nacional. El partido de extrema derecha Agrupación Nacional -liderado por Marine Le Pen y Jordan Bardella, el aspirante a primer ministro- lidera las encuestas para conseguir el mayor número de escaños, pero los últimos sondeos lo sitúan lejos de los 289 necesarios para la mayoría absoluta.

Sin embargo, digan lo que digan las encuestas, la verdad es que puede pasar de todo: el sistema electoral francés a dos vueltas provoca que entre una primera votación y la siguiente se hagan múltiples alianzas y combinaciones que cambian el resultado previsto. Es un juego complejo que hace que no exista una sola elección, sino 577: una por cada circunscripción en la que se elige un diputado.

El sistema electoral francés se diseñó para buscar la estabilidad política, un objetivo en el que no siempre ha tenido éxito, como prueba la situación actual. Su origen se remonta a la promulgación de la Constitución de la Quinta República en 1958, el régimen que sigue en vigor. Francia llevaba años de crisis políticas, con gobiernos inestables y efímeros. La Cuarta República, establecida en 1946, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se caracterizaba por un sistema parlamentario fragmentado que dificultaba la formación de gobiernos duraderos.

Para superar esta situación, la Quinta República implementó una nueva estructura política que fortalecía el poder ejecutivo, especialmente el rol del presidente de la República, que ostentaba en ese momento el general Charles de Gaulle -el impulsor de esta nueva Constitución- y que establecía un sistema de dos vueltas para las elecciones tanto presidenciales como legislativas: en teoría, facilitaba la formación de mayorías absolutas en la Asamblea Nacional y que los ganadores siempre cuenten con un amplio respaldo popular

En la práctica, hasta el momento el sistema ha impedido acceder al poder a la formación de los Le Pen. Jean-Marie Le Pen, el fundador del partido, llegó a la segunda vuelta en los comicios presidenciales en 2004. En ella, sin embargo, todo el mundo que no era del Frente Nacional, fuera de derechas o de izquierdas, votó contra él y Jacques Chirac obtuvo un 82% de los sufragios. Algo similar ha ocurrido más tarde con su hija Marine en dos ocasiones, aunque la brecha en la segunda vuelta se ha ido reduciendo: en 2017, Macron se llevó el 66% de los votos frente al 33% de Le Pen; y en 2022, fue un 58.5% contra un 41.5%.

Ahora, el partido de Le Pen viene de arrasar en los comicios europeos, y tiene a su alcance llegar al Gobierno por primera vez en su historia. Si la segunda vuelta vuelve a ser un obstáculo en su camino, se sabrá este domingo.

Foto de portada: eitb

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