Incluso antes de que se anunciara su nombre desde el balcón de la Basílica de San Pedro, la multitud coreaba «Viva el Papa» :
Robert Prevost, de 69 años, es el 267.º ocupante del trono de San Pedro y será conocido como León XIV.
Es el primer estadounidense en ocupar el cargo de Papa y se le considera también un cardenal latinoamericano debido a los muchos años que pasó como misionero en Perú, antes de convertirse en arzobispo.
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost sirvió como monaguillo y fue ordenado sacerdote en 1982. Aunque se mudó a Perú tres años después, regresó regularmente a Estados Unidos para servir como párroco y prior en su ciudad natal.
En sus primeras palabras como Papa, León XIV habló con cariño de su predecesor Francisco.
«Aún resuena en nuestros oídos la voz débil, pero siempre valiente del Papa Francisco, quien nos bendijo», dijo.
«Unidos y de la mano de Dios, avancemos juntos», dijo a la multitud que lo vitoreaba.
«Nací en Estados Unidos, pero mis abuelos eran todos inmigrantes, franceses, españoles (…) Me crié en una familia muy católica, mis dos padres estaban muy comprometidos con la parroquia», contó Prevost en una entrevista con Radio Televisión Italiana.
Hijo de madre española y padre estadounidense, Prevost creció en Chicago junto a sus dos hermanos, Louis Martín y John Joseph.
Pasó su infancia y adolescencia como estudiante en el Seminario Menor de los Padres Agustinos en su ciudad natal y después en la Universidad de Villanova, Pennsylvania, en donde estudió licenciatura en Matemáticas.
A sus 22 años ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín de Saint Louis y se licenció en Teología.
Luego fue enviado a Roma, donde estudió Derecho Canónico. En 1987, obtuvo su doctorado y ese mismo año fue elegido director de vocaciones y director de misiones de la provincia agustiniana «Madre del Buen Consejo» en Illinois, Estados Unidos.
El reverendo Mark Francis, amigo de Prevost desde la década de 1970, declaró a Reuters que el cardenal tiene un especial compromiso con la justicia social.
«Siempre fue amable y cálido, y se mantuvo como una voz de sentido común y de preocupación práctica por la labor de la Iglesia en favor de los pobres», afirmó Francis, quien asistió al seminario con Prevost y posteriormente lo conoció cuando ambos vivían en Roma en la década de 2000.
«Poseía un sentido del humor irónico, pero no buscaba ser el centro de atención», añadió Francis, quien preside la provincia estadounidense de la orden religiosa Viatoriana.
Expectativas frente a su gestión
Prevost es muy conocido entre los cardenales de toda Latinoamérica por su destacado papel como prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Dado que el 80% de los cardenales que participaron en el cónclave fueron nombrados por Francisco, no sorprende que alguien como Prevost fuera elegido.