Ray Liotta, el actor que se hizo famoso con su papel de mafioso en Buenos muchachos de Martin Scorsese, falleció a los 67 años. Deja una carrera de más de 80 películas en las que, en general como secundario, siempre se hizo notar.
Liotta, quien murió mientas dormía en República Dominicana, donde estaba filmando Dangeorous Waters había nacido en Newark, New Jersey y comenzó en el cine a comienzos de la década de 1980. Tras participar en series de televisión, se hizo notar en Totalmente salvaje, la película de Jonathan Demme en la que interpretaba a un villano que aterrorizaba a Melanie Griffith y Jeff Daniels. También fue el fantasma de un beisbolista que se materializa ante Kevin Costner en El campo de los sueños.
Recientemente se lo vio en Historia de un matrimonio de Noah Baumbach en la que interpretaba a un abogado y Los santos de la mafia, la precuela de Los Sopranos.
La mafia fue un territorio que conocía. Su Henry Hill en Buenos muchachos era un matón metido en serios problemas de adicción y de juntas (Robert De Niro y Joe Pesci) era una historia real que le permitió a Liotta desarrollar un personaje inquietante que, muchas veces, se convertiría en el más rasgo más notorio de su figura pública