Un proyecto impulsado por los ministerios del Interior, Ganadería y productores de todo el país tiene como objetivo que las personas privadas de libertad puedan trabajar en plantaciones de papa en predios carcelarios.
La idea, en el marco del «Plan Dignidad», es que los presos planten lo que ellos mismos van a consumir, así como ya se está haciendo con la construcción de camas y fabricación de colchones.
«Lograr medidas de rehabilitación a través del trabajo», sostuvo el ministro del Interior, Jorge Larrañaga.
En una reunión en la Expo Prado, de la que participó el ministro de Ganadería y los productores, se ajustaron los detalles para poner en práctica esta propuesta.
En una primera etapa se piensa utilizar unas 300 hectáreas del Penal de Libertad para comenzar con la producción.
«En una primera instancia vamos a hacer un relevamiento de los recursos con los cuales cuenta el Ministerio del Interior y, a partir de allí, vamos a realizar alguna sugerencia según nuestra experiencia para lograr llevar adelante ese proceso piloto», indicó el ing. Fernando Nieto, presidente de la Asociación Semilleristas de Papa.
La idea busca disminuir el tiempo de ocio en el sistema carcelario y preparar a los reclusos para su inserción en el mercado laboral, ya que muchos de ellos cuando salen no consiguen trabajo y quedan en situación de calle.