El grupo etario con mayor cantidad de abortos fue de 20 a 24 años con 3.201, seguido por las mujeres de 25 a 29 años con 2.989. En los extremos, hubo 38 abortos en mayores de 44 años y 68 abortos en menores de 15 años, según los datos del MSP.
El Ministerio de Salud Pública publicó este lunes el informe de interrupción voluntaria del embarazo en 2024, que marca que de las 12.592 consultas 11.232 fueron ratificadas. La cifra de abortos significó un incremento con respecto a 2023, cuando se registraron 10.898 interrupciones voluntarias de embarazos.
El grupo etario con mayor cantidad de abortos fue de 20 a 24 años con 3.201, seguido por las mujeres de 25 a 29 años con 2.989, entre 30 y 34 años con 2.021, y entre los 35 y los 44 años fueron 1.666 casos. En los extremos, hubo 38 abortos en mayores de 44 años y 68 abortos en menores de 15 años, según los datos del MSP.
Las interrupciones de los embarazos se dieron el 46% (5.162) en centros públicos y el 54% (6.070) en prestadores privados de salud. En cuanto a las causas, 11.222 fueron por propia voluntad de la mujer, seis por violación y cuatro por anomalías del feto incompatibles con la vida.
El informe agrega que 521 de las mujeres que consultaron resolvieron continuar con su embarazo. Del total de casos, seis de las pacientes que no abortaron tenían menos de 15 años.
El subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, dijo en rueda de prensa que cuando se incrementa el número de interrupciones involuntarias del embarazo, significa que existen debilidades en lo que lo previene. «Me refiero a la educación integral en sexualidad en el cual tenemos que trabajar muchísimo con la Anep (…) y también toda lo que tiene que ver con las políticas de anticoncepción».
El jerarca señaló que la práctica del aborto en Uruguay sigue siendo segura, accesible e infrecuente.
«Uruguay sigue siendo de los países con menor tasa de aborto».
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México eliminó este miércoles el delito del aborto del Código Penal Federal al concederle un amparo al Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).
“¡La SCJN despenaliza el aborto a nivel federal! Gracias a un amparo ganado por GIRE, todas las mujeres y personas con capacidad de gestar podrán acceder a servicios de aborto en cualquier institución federal de salud”, anunció la organización a través de la red social X (antes Twitter).
Asimismo, la SCJN indicó en la misma red social dicha resolución.
La Primera Sala de la SCJN declaró inconstitucional penalizar el aborto en el Código Penal Federal por violar los derechos humanos de las mujeres y personas con capacidad de gestar. La Suprema Corte declaró inconstitucional en septiembre de 2021 la prohibición absoluta del aborto en los códigos penales de los estados, pero desde entonces pocas entidades territoriales han modificado sus leyes para acatar el criterio de la SCJN, por lo que el crimen aún se tipifica a nivel local.
Con base en dicha sentencia, que declaró inconstitucional el delito de aborto en el Código Penal de Coahuila, fue que la organización interpuso el amparo. La organización detalló en un comunicado que cualquier institución federal de salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), deberá brindar el servicio a todas las personas gestantes que lo soliciten. Además, indicaron, el personal de salud que realice este tipo de asistencias no podrá ser criminalizado.
“Al haberse aprobado por unanimidad, esta sentencia se vuelve obligatoria para todas y todos los jueces locales y federales, quienes tendrán que implementar lo dicho por la corte”, se lee en el comunicado de GIRE. La organización feminista dijo confiar en las entidades para que garanticen la autonomía reproductiva. Asimismo, el Congreso federal debe modificar el Código Penal a partir de la resolución de la SCJN de este día.
El Senado aprobó la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y, del lado verde, todo se volvió festejo. La tristeza por las que no están, la emoción por las que vienen y la certeza de que “esto recién empieza”:
Por Infobae:
Todo se resumió en un grito. Un alarido contenido por horas de vigilia, meses de espera, décadas de lucha. Con varios segundos de expectativa en el conteo, las pantallas gigantes dispuestas en el sector verde frente al Congreso confirmaron la tendencia que se alimentó en las últimas horas: con 38 votos positivos, 29 negativos y 1 abstención, el Senado sancionó la ley de interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Así, los feminismos tuvieron su tan ansiada revancha y el anhelo se hizo efectivo: el aborto es legal en la República Argentina.
Sobre Callao, la avenida Rivadavia, y las calles circundantes al sector norte del Congreso, todas cubiertas por la militancia verde, la noticia que anunciaba la pantalla -y ratificaba por los parlantes la voz de Cristina Kirchner- provocó una explosión, un ruido atronador de chillidos agudos que generó una suerte de temblor entre el humo verde de las bengalas, los fuegos artificiales y los vasos que volaron por el aire. Después se precipitaron las lágrimas y -aún a pesar del calor insoportable de diciembre y de la pandemia- brotaron los abrazos.
Agustina, de 22 años, que viajó desde Quilmes para estar presente esta noche, mira la pantalla donde se lee claramente “aprobado” y salta a los brazos de su mamá, Karina, de 46 años, que la contiene emocionada. “Realmente yo no estaba tan segura de que iba a salir hoy, no lo puedo creer. Era necesario, es algo básico para nosotras, es como el derecho a votar. Es demasiado esto”.
El festejo no fue uno más, no fue el mismo que el de las dos veces en las que el proyecto obtuvo media sanción: esta vez, la suma de todos esos gritos fueron el punto cúlmine de una de las conquistas parlamentarias más importantes de la historia de los feminismos argentinos y, sin lugar a dudas, de un hito en la lucha de mujeres y personas con capacidad de gestar que reclamaron por años al Estado poder decidir sobre sus cuerpos y maternidades sin verse empujados a arriesgar la vida o la libertad en la clandestinidad.
“Esto es algo con lo que yo venía desde hace muchos años. Eran otras épocas las mías, no existía esto que se vive ahora. Vine por mis ideales y también para acompañar a mi hija”, dice Karina, todavía conmocionada. “En mi familia hubo muchas muertas, porque el aborto seguía existiendo igual, nada más que era clandestino. Espero que ahora sea distinto”.
La “marea verde”, contrario a lo que se cree, no es homogénea. En esta oportunidad, además, fue especialmente diversa: hubo hombres y mujeres, personas trans, agrupaciones políticas, grupos de amigas de todas las edades, familias, chicas adolescentes o jóvenes adultas junto a sus madres.
En esa pluralidad, que es la complejidad misma de los feminismos, se mezclaron las emociones, la ideología, las historias familiares y las opiniones personales, pero triunfó una certeza transversal a todo: de ahora en más el Estado tendrá la obligación y la responsabilidad de velar por la salud y la libertad de toda mujer o persona con capacidad de gestar que quiera interrumpir un embarazo.
Cuando, en la madrugada del 9 de agosto de 2018 la columna verde chocó de frente con una nueva postergación en la lucha por el derecho a abortar de forma legal y segura, la multitud no bajó la cabeza y, en el frío extremo y bajo la lluvia, cantó más fuerte para asegurar lo que hoy ratificaron en las calles: la lucha no había terminado.
Después de cuatro vigilias, la promesa se cumplió en la madrugada del anteúltimo día del año, al fleje del plazo que Alberto Fernández prometió en la apertura de sesiones legislativas, cuando la pandemia de coronavirus todavía era un problema lejano y no una crisis sanitaria a nivel nacional e internacional.
“Siento alivio por todas las que vienen después. Me alivia pensar en que es probable que muchas menos mujeres a partir de ahora y personas con capacidad de gestar tengan miedo de tomar decisiones sobre sus propias vidas. Ese es un paso adelante del cual no se vuelve más”, sostiene Eliana, militante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero.
Ahora, así como la lucha no terminó cuando el Senado rechazó la ley hace dos años, para las mujeres en las calles el reclamo por el aborto legal, seguro y gratuito no termina en la sanción.
“El desafío es hacer de un papel una efectividad, que la ley realmente se cumpla. No que solamente sea un papel que diga lo que podemos hacer o no. Además hay que empezar a militar dentro de cada consultorio médico y obstétrico y en todo el campo de la salud para que la decisión sobre nuestros cuerpos sea real”, explica Eliana. “Ahora no hay que bajar los brazos, hay que seguir la lucha”, coincide Gisela, de 43 años, con los ojos rojos por el llanto de emoción. “Esto recién empieza”.
En 2018 el Senado rechazó una iniciativa similar que había sido aprobada por Diputados.
La Cámara de Diputados aprobó este viernes la legalización del aborto en Argentina, pero el proyecto aún debe someterse a la votación del Senado, instancia que hace dos años rechazó una iniciativa similar.
La aprobación fue recibida con un estallido de alegría por miles de jóvenes de pañuelo verde, emblema de la campaña a favor de la legalización del aborto, que pasaron toda la noche a las afueras del Congreso, en Buenos Aires, a la espera de la votación en este país de mayoría católica y cuna del papa Francisco.
El proyecto de ley, que permitirá el aborto hasta la semana 14 de gestación, tuvo 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones, informó la secretaría de la Cámara de Diputados al cabo de una sesión de 20 horas. Se espera que el Senado lo trate antes de fin de año.
Al ritmo de los bombos y en clima festivo, miles y miles de mujeres de pañuelo verde hicieron vigilia en los alrededores del Congreso.
Separadas por una valla, manifestantes del pañuelo celeste, que se oponen a la iniciativa, también aguardaron el resultado de la votación, que recibieron con frustración.
La legalización del aborto se discutió por primera vez en el parlamento argentino en 2018, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-19), cuando fue aprobada por los diputados pero rechazada en el Senado en medio de enormes movilizaciones de mujeres.
Este año, la iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) fue presentada por el presidente de centroizquierda Alberto Fernández como un modo de «garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral».
Durante la sesión, la diputada Ana Carolina Gaillard, del oficialista Frente de Todos, enfatizó que «el debate no es sobre aborto sí o aborto no, sino sobre aborto seguro o aborto inseguro», al evocar las muertes que se derivan de las interrupciones clandestinas del embarazo, unas 3.000 desde 1983, según el presidente Fernández.
«Soy católico pero tengo que legislar para todos. Es un tema de salud pública muy serio», declaró el presidente Fernández el jueves.
Analistas de salud calculan entre 370.000 y 520.000 los abortos clandestinos anuales en Argentina, con 39.000 internaciones cada año en centros de salud pública, según estadísticas del gobierno.
– Verdes contra celestes –
«Creemos que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo. Es importante que el Estado nos proteja. Que sepan los legisladores que votan en contra que cargarán en sus manos la sangre de las mujeres que mueran por abortos clandestinos», dijo a la AFP Melisa Ramos, de 21 años, frente al Congreso.
«¡Aborto legal ya, gratuito y en el hospital!», se lee en pancartas.
Del otro lado de las vallas, se manifiestan los ‘celestes’, bajo la consigna «¡Salvemos las dos vidas!». Exhiben muñecos que representan bebés con sangre.
«Toda vida vale», dicen las pancartas celestes, que enarbolan jóvenes tan entusiastas como los del lado verde.
En Argentina, el aborto solo se permite en caso de violación o peligro de vida para la mujer, legislación vigente desde 1921.
Si aprueba el aborto legal, Argentina se sumará a Cuba, Uruguay y Guyana como países que lo permiten en América Latina. También está autorizado en Ciudad de México.
– Acompañamiento por mil días –
El oficialismo ha desplegado gestos políticos tendientes a sumar votos. El principal fue enviar otro proyecto de ley, el Plan de los 1.000 días, destinado a apoyar económicamente a mujeres de sectores vulnerables que deseen llevar adelante un embarazo.
El proyecto para la legalización del aborto prevé la objeción de conciencia individual y también la de un establecimiento de salud en caso de que todos sus médicos hagan objeción. Pero tendrán obligación de derivar a la paciente para su atención en otro centro hospitalario.