El líder norcoreano Kim Jong-un reapareció públicamente y reafirmó su intención de luchar contra todo aquello que relacione a su país con occidente. En esa línea, una de las últimas medidas que anunció, y que generó una gran cantidad de cuestionamientos por parte de la población, es la prohibición de tener perros como mascotas.
Luego de un tiempo lejos de apariciones públicas y en medio de rumores que hablaban de problemas de salud, el dirigente sorprendió con una drástica decisión. Ordenó confiscar a todos los perros de Pyongyang, la capital del país.
La justificación del régimen de Corea del Norte para la medida es que se trata de «mascotas que representan la decadencia de occidente». Sin embargo, la norma no fue bien recibida por los ciudadanos y despertó las peores especulaciones.
Temen que el objetivo sea otro y que Kim quiera confiscar los animales para que puedan servir como alimento, dada la escasez que se está dando en el país actualmente. Además, un tipo de raza de perros se destina en la región al consumo.
Según consignó el diario surcoreano Chosun Ilbo, la medida, que comenzó a implementarse el mes pasado, responde a la tendencia de ciudadanos de «alto rango» a tener perros como mascota. La costumbre no está bien vista por las clases más bajas, e incluso se los acusa de ‘burgueses’.
«La gente normal cría cerdos y pollos en sus porches, mientras que los oficiales de alto rango y la gente rica posee perros, lo que generó algo de resentimiento», remarcó una fuente gubernamental al periódico. La publicación especifica que las autoridades identificaron a los hogares con perros y comenzaron a forzarlos a entregarlos, o directamente los confiscan y matan.
Los interrogantes en torno a la salud de Kim Jong-un comenzaron a principio de año, a raíz de una repentina disminución de sus apariciones públicas.
Un signo de alerta fue su ausencia en las celebraciones del 15 de abril. Se trata del día más importante del calendario político norcoreano porque todo el país conmemora el nacimiento del fundador del régimen, Kim Il Sung, su abuelo.
El asesor especial de seguridad nacional del presidente surcoreano Moon Jae-in restó importancia a estos rumores el 26 de abril, asegurando que Kim estaba «vivo y sano». Pero se llegó a hablar desde que había muerto luego de una operación, hasta que se encontraba en estado vegetativo.
A nivel oficial no hubo confirmaciones ni información al respecto, y el líder del régimen continúa con un perfil más bajo del habitual.