«Estoy inmerso en un cúmulo de dudas, en cuanto a resaltar el encomiable espíritu de solidaridad, de amor desinteresado, de dos voluntades tan anónimas y despojadas…» Ver columna:
Compartimos con nuestros lectores un nuevo espacio de opinión: Los Leones Olvidados.
Estoy inmerso en un cúmulo de dudas, en cuanto a resaltar el encomiable espíritu de solidaridad, de amor desinteresado, de dos voluntades tan anónimas y despojadas de -tan solo- un ápice de notoriedad, que temo que sus perfiles y su carácter me contradigan y sientan una afectación natural de sus una lucha almas puras.
No quiero restañar esa marca indeleble que los identifica como «invisibles» corporeamente, pero que dejan una pátina imborrable de beneficios, no siempre reconocidos, pero sí mancomunar esa sensación personal y hacerla partícipe a muchos que comulgan con sus desvelos.
Desde el grupo(pequeño) de «Ayuda Animal», que se desangra diariamente en una porfía desigual, en pos de lograr recursos para mitigar el trance amargo de los animales marginales y desdeñados por muchos de nuestra sociedad, que critica pero no aporta nada, hasta un individuo atípico para nuestro círculo insensible y despreocupado, que hace un peregrinaje cotidiano visitando vecinos para ofrecer sus servicios sin pedir nada a cambio.
Esos leones solitarios, olvidados, muy mancillados en sus procederes altruistas, que desdeñan las luminarias de la notoriedad y el éxtasis, sin su presea que merecen con creces, siguen bregando, uno por el bienestar de seres indefensos y desgraciados, y el restante golpeando puertas para ofrecer su corazón y su humilde trabajo.
No me siento con la aptitud de elevar esa aureola que bien protegen de que brille en forma velada, casi con un tenue resplandor; no es el interés de ellos de ser visibles, su preocupación se trasiega entre la desidia de unos, el despropósito de muchos y el interés de pocos.
NO TODO ES EL ORO DE UN RECONOCIMIENTO… SE VALORA MÁS LA APTITUD Y LA ACTITUD.