«Él sabía de bondad y de entrega, de solidaridad y empatía…» Leerla completa:
Por Luis Benech.
Compartimos en nuestro periódico un espacio de reflexión llamado «La bronca del hombre bueno…»
«Él sabía de bondad y de entrega, de solidaridad y empatía. Un día lleno esas cualidades de gloria hasta transformarlas en hechos que forjaron una nueva realidad en la zona.
Seguramente sobrestimó, este hijo de obrero todas las cosas que no podía hacer con poca plata.
Entregó sus veinte años por una causa espontánea, fue bueno. Luchó contra el sistema y acabó en la lona del ring. Vio pasar la bonanza populista frente a su casa y jamás gozó de ella.
También vio la joda de los sectores más conservadores. Odió, se llenó de bronca, frustración y resentimiento. Pasó de emociones sanas a destructivas, se dejó llevar por el mundo exterior y
pasó a pudrirse como una manzana.
Sus ojos le dolían, se le ponían rojo de solo ver la realidad. Era tan absurdo soñar en medio de tanta miseria, pero su sensibilidad lo llevó a canalizar ese dolor en arte. Y creó, creó, tenía una fuente inagotable de ansiedad que ningún deporte o medicamento podía calmar.
Se desvelaba muchas noches, fueron tantas que perdió la cuenta.
La diferencia es que ahora lo hacía con el amor al lado, con su compañera tan fuerte y tan mujer. Ella le pidió que se reclinara y se dejara caer para volver a estar de pie.
Respiró hondo, lento y dijo: ¡Allá vamos, por más y mejor!
El hombre bueno descubrió con el tiempo que no solo la tormenta pasó y que cada piedra se abrió del camino, sino que ahora, camina distinto con más fuerza pero con la misma esencia. Con el aprendizaje pero con los mismos valores y allá va conquistando espacios para hacer el bien con carisma, siendo él mismo. Sin fingir, sin actuar, en esencia pura.
¡Y cómo disfruta de todo! ¡Y cómo valora cada momento presente! ¡No volvió a ser el mismo, es su mejor versión entrando una nueva y mejor etapa!
Es por eso que no debemos realizar conclusiones cuando estamos culminando un ciclo que se cerró tarde por bondad o por cariño a la causa. Nadie está perdido, solo estamos cansados y expresa en una canción el hombre bueno… «Conozco bien el cansancio, no es lo mismo que estar vencido…»