Argentina suspende la exportación de harina y aceite de soja

La Razón

Los productores en tanto, se mantienen alerta ante una eventual subida de impuestos a las ventas al exterior.

La medida, que regirá «hasta nuevo aviso», fue anunciada en un comunicado de la subsecretaría de Mercados Agropecuarios el domingo y consiste en el cierre de registros de operaciones, lo que en la práctica bloquea las ventas.

La novedad se da en el marco del alza de precios de las materias primas a nivel internacional por la guerra entre Rusia y Ucrania.

Millones en juego

Según datos de 2021, la harina de soja fue el principal producto de exportación del país sudamericano (14,2%) y el aceite de soja, el tercero (6,9%).

Fuentes del sector consideran que la suspensión temporal de exportaciones servirá para elevar los impuestos a la exportación de estos productos del 31% al 33%.

«Es una medida con un tinte más impositivo, de recaudación para Argentina, que de limitación de exportaciones. Estimamos que un aumento de dos puntos (en las retenciones a la exportación) implicará una recaudación adicional de 450 millones de dólares en 2022», dijo a la AFP el analista de mercados Dante Romano.

«El cierre a las exportaciones se hace para evitar que se registren negocios antes de la modificación impositiva. Pero debería durar poco tiempo y no debería afectar al mercado internacional», refirió Romano.

Los embarques de estos productos ya comprometidos continuarán normalmente pues los trámites de registro se realizan con uno a dos meses de antelación.

El complejo sojero representó en 2021 el 30% de las exportaciones argentinas y aportó al fisco unos 9.000 millones de dólares en impuestos a la exportación.

A diferencia de otros productos de consumo humano, como el trigo, el maíz y la carne vacuna, en Argentina no hay limitación a las cantidades de soja destinadas al mercado exterior.

El gobierno de centro-izquierda de Alberto Fernández estudia medidas de mitigación al aumento internacional del precio de trigo, que causó un brusco incremento en el precio del pan y otros derivados en el mercado interno.

Para ello creó un Fondo Anticíclico Agroalimentario por 25 millones de dólares para contener los precios y desacoplarlos de las cotizaciones en el mercado internacional.

Argentina, entre los principales productores de alimentos del mundo, se ve beneficiada por el alza internacional del precio de las materias primas. Pero la fuerte demanda presiona los precios internos de los alimentos, uno de los rubros que más incide sobre la inflación, que fue de 50,9% el año pasado.

Pedro Peretti, extitular de la Federación Agraria, consideró que un aumento en el impuesto a las exportaciones de harina y aceite de soja «puede servir mucho si se capitaliza el fideicomiso de trigo».

«Si es para que la gente coma tiene sentido, si es para reducir el déficit fiscal no tiene sentido», expresó en una entrevista radial.

El año pasado y en medio de una escalada en el precio interno de la carne vacuna, el gobierno también había apelado a la reducción de las exportaciones como variable de ajuste de los precios internos, además de acordar con los frigoríficos cortes a precios populares.

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