Diego Armando Maradona, D10S dentro de la cancha, demasiado humano lejos de la pelota. Columna de opinión:
Por Luis Benech.
Antes de emitir una opinión acerca del «astro» o «barrillete cósmico» como era conocida, quiero abrir un paréntisis para remarcar la mala decisión del gobierno argentino de habilitar un velorio para un millón de personas, en medio de una emergencia sanitaria y luego de tener más de ocho meses a los argentinos encerrados. Miles fueron los que no pudieron despedir a un ser querido para extremas cuidados, lo que se vivió hace unos días en la Casa Rosada fue un desastre.
Es difícil dar una opinión personal de lo que fue Maradona. Las contradicciones de la vida misma.
Un D10S en la cancha y muy cuestionando fuera del césped.Un cúmulo de aciertos en lo deportivo, un cúmulo de errores en lo moral cuando la pelota estaba lejos.
Un pibe de barrio que un día que creció, se consagró y le regalo a su humilde familia su casa. De la carencia al poder, de la necesidad a la sobra. Del deporte a la droga. Preso y víctima de su entorno.
Culpable de no querer salir del personaje, del héroe y del ídolo de un país entero. De la región. De generaciones que aman el buen fútbol, repleto de contradicciones.Un rival de las injusticias, aunque cometía las suyas.
Que descanses en paz, como un ser humano más pero que hizo feliz a millones de personas. Que sin dudas vivió y nadie puede juzgar lo malo ni lo bueno, tanto, sin haberse puesto sus zapatos.
