Read: “El Frente Amplio tuvo muchos aciertos, muchos errores y algunos horrores”

La Razón

En una entrevista a Montevideo Portal, el sindicalista de la bebida habló de su partido, de la izquierda, de su rol permanente de autocrítica y renovación que debería tener; también sobre la felicidad, la libertad y su muerte:

Richard Read nació en el Cerrito de la Victoria en 1953, su profesión es ser dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebidas (FOFB). Su anécdota más curiosa fue cuando descargaba pescado en el puerto, el barco del que más descargaba era El Delfín. Compartimos una parte de la entrevista que le hicieron desde un medio capitalino:

Sobre ser un buen líder sindical:

«Me han hecho esa pregunta muchas veces y la verdad es que no tengo mucha respuesta. Respondo con lo que me dijo Pepe D´ Elía, y dos viejos dirigentes sindicales, te decían lo mismo. Un buen líder sindical tiene que ser ejemplo de laburante, no faltar, ser buen trabajador, ser honesto, ser buen compañero, pero también tener las bolas bien puestas para pararte y dar debate con quien quieras. Tener personalidad y responsabilidad porque pasas a ser referente como buen compañero, como buen laburante. Yo no sé si lo logré, pero hice todo el esfuerzo por sacar sobresaliente en esos deberes que me dieron estos viejos. No sé si lo logre, estoy en la Dirección del sindicato ahora. Hoy había dos listas y las dos listas resolvieron que fuera el presidente honorario, una cosa de locos estos guachos».

Estoy en la dirección del sindicato desde el 7 de febrero del ´82, con voto secreto y universal, ahí no es a dedo. Por lo tanto, no sé si lo logré, pero nunca me olvido de esos mandados que nos daban los viejos. Traté de emular algo de eso en el discurso del 1º de mayo del 2013, hablando del buen trabajador, de combatir esa sociedad interesada en la que ya se veía una pérdida importante de hábitos de trabajo, la cultura de trabajo. Traté de ser un buen alumno del Pepe D´ Elía, no sé si lo logre.

Sobre la izquierda:

«Para mí la izquierda es una autocrítica y una renovación permanente. Perder de vista, un día, el entorno social y el mundo, creer que uno no se equivoca, no solo es de estúpido, sino que es de un futuro derrotado. Pensar que una autocrítica es una señal de flaqueza o de blandura es un error, el error del soberbio.

Yo me preocuparía mucho si mi rival revisa todos los días lo que hizo ayer y corrige para mejorar. Cuanto más corrija mi rival, más problema voy a tener yo. Si mi rival no hace autocrítica, no corrige, yo soy feliz de tener un rival así porque ese rival dura poco.

No concibo una izquierda dogmática, no concibo una izquierda aplaudidora, no concibo una izquierda que no evolucione junto con los cambios. Hay que conocer el mundo para poder cambiarlo. Yo trato de cambiar, humildemente mi granito de arena es por cambiar parte de la sociedad, ojalá logremos que los los cuatrocientos y pico de chiquilines tengan la posibilidad de salir del entorno al cual están de esta manera, si no los veremos en la crónica roja a muchos de ellos».

El Frente Amplio:

«Me cuesta dejar de lado mi ego, tengo un ego altísimo. Yo creo que el discurso del 2013 fue un discurso que marcó territorio, reivindicó el trabajo, al trabajador, la dignidad del trabajador, es la tapa del libro de la clase obrera. Con eso mucha gente se identificó.

Después, en el error o en el acierto, digo lo que pienso. A partir de esa definición, de que la izquierda tiene que ser crítica y autocrítica, digo lo que pienso. Tengo horas para hablar a favor de los logros, las conquistas y las cosas buenas que ha hecho el Frente Amplio del 2005 al 2019. Horas, quizás días, me lleve contar todas las grandes cosas que hizo el Frente, pero también tengo horas para hablar de los errores del Frente y algunos minutos para hablar de los horrores del Frente.

Muchos aciertos, muchos errores y algunos horrores. Insumos para hacer un plato, hay de todo. Como cualquier ser humano, es normal. Mi característica es que yo no me callo la boca. Por ejemplo, cuando pasó lo de Sendic, a mí ya me tenía podrido. Un día dije, «rajate, botija, andate, dejate de joder». Ya no se podía tapar el sol con el dedo y me superó que un plenario del Frente Amplio, por unanimidad, le diera el aval, el respaldo y no sé cuántas cosas más, me pareció tremendo. Y lo dije, como lo sigo diciendo hoy. Quizá mucha gente se identifica por eso, que no tengo pelos en la lengua, pero por ahí, el que me aplaude hoy, mañana me chifla, porque no me caso con nadie. Puedo hablar a favor de este gobierno algunas cosas que me parece que han hecho que están bien, como otras que están mal.

No me muevo por la tribuna, yo no voy a dejar de decir lo que digo y eso para un sector de la sociedad tiene un valor transversal, es de todos los partidos. Creo que es así, capaz que me estoy equivocando».

Sobre la libertad:

«Mañana. Libertad tenés, pero para mí la libertad es con responsabilidad. Hay algunos que se sienten libres sin responsabilidad. Yo tengo seis hijos con tres mamás. Mis hijos salieron todos a sus mamás, muy buena gente, laburantes, honestos; la impronta de sus madres está en cada uno de ellos, para mí es un orgullo tenerlos como hijos y le reconozco a sus mamás todo lo que son.

Eso es responsabilidad. Yo puedo tener mucha libertad, pero cuando mis hijos me requieren, mi libertad está condicionada a la necesidad de mis hijos, o mis cinco nietos, o amigos míos o compañeros. Entonces, la libertad para pensar, para moverte, eso está todo bien, pero la libertad espiritual va por otro lado.

Yo tengo libertad de expresión, puedo decir lo que me parezca porque no tengo ataduras, no le debo nada a nadie, no estoy condicionado por nadie. Nunca golpeé una puerta a cambio de algo, por lo tanto esa libertad me la dio la independencia y mi independencia económica. Yo tengo un buen pasar, estoy por arriba de la media, toda mi vida laburé, puedo rendir cuentas peso por peso. Esa libertad también me da esta posibilidad de expresión. La independencia económica te genera independencia política, la dependencia económica de la política te condiciona. Entonces, yo tengo también ese tipo de libertad».

Qué es la felicidad:

«Es muy abarcativo. Yo soy familiero, la estructura de la familia para mí es muy importante, por lo tanto, felicidad es tener a todos en mi casa los domingos. Ver a todos, mis hijos, mis nietos, son un batallón.

Me da mucha felicidad verlos a todos, o cuando vamos todos al rancho del Cabo Polonio. Es como decir que logramos formar una familia, las mamas y yo y el mérito de cómo son estos chiquilines. Ya tienen cuarenta años algunos de ellos. Obviamente es la educación y la formación de la madre, se la reivindico por sobre todas las cosas.

Yo nunca fui un padre ausente, pero me consta que fueron las mamás las que estaban al pie del cañón todos los días y siempre se los reconocí. La felicidad yo no sé si un día llegás a tenerla totalmente, pero prefiero ser menos uruguayo. Mi viejo sobre los uruguayos era muy crítico y decía que los uruguayos viven llorando, protestando, se viven lamentando. Siempre están desconformes. Si Uruguay gana 7 a 1 el partido de fútbol el domingo y se pasan toda la semana llorando el gol que le hicieron, en vez de festejar el triunfo. Yo prefiero disfrutar los momentos de felicidad porque no sabés. Y la felicidad no es una, hay mil formas de ser feliz».

¿iría al cielo o al infierno?

«Yo creo que no me voy a morir nunca, te morís realmente el día que nadie más te nombre. Yo tengo seis hijos y cinco nietos, difícil morir así. Pero, además, voy a tener amigos míos que van a acordarse del Richard y otros que me van a putear hasta que se mueran. Así que no me voy a morir nunca, voy a permanecer en el recuerdo de muchos y eso es una forma de vida, y me conformo con eso y me da mucha felicidad saber que va a pasar eso».

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