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COFE comparte algunas medidas anunciadas por el gobierno

Los funcionarios públicos comparten las medidas de restricción de la movilidad, pero reclaman saber el destino de los fondos recaudados con el descuento de sus salarios y lamentan que no anuncie ninguna medida impositiva para el gran capital, las grandes ganancias, el sector financiero y las grandes cadenas de supermercados:

La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) emitió esta madrugada un comunicado público luego de una extensa reunión realizada por zoom con los representantes de los 52 sindicatos que la integran. 


En la oportunidad, los trabajadores del Estado expresan que comparten las medidas adoptadas y anunciadas por el presidente de la República Dr. Luis Lacalle Pou en cuanto a las restricciones de movilidad. 

«El avance de la pandemia en las últimas semanas en nuestro país ha generado un aumento de las personas cursando la enfermedad, aumento de las camas ocupadas en CTI y lo más grave, un incremento de la cantidad de fallecidos, lo cual es irrecuperable. 

Nuestro país comenzó hace menos de un mes una campaña amplia de vacunación la cual debe necesariamente ir acompasada con medidas de restricción de la movilidad en todo el país. COFE insta a todos los trabajadores a vacunarse contra el COVID dado que es una de las principales herramientas que podemos utilizar en forma individual y colectiva para combatir la pandemia», indica el comunicado. 


Asimismo, los trabajadores públicos recuerdan que «nuevamente el gobierno» instrumenta el Impuesto COVID 19, que recae en gran medida sobre el salario de los funcionarios públicos. 

«El Gobierno de coalición aplica desde marzo de 2020 una política de ajuste fiscal, donde el salario y empleo de los trabajadores públicos son variables de ajuste, se rebajaron los salarios, se establecieron descuentos por licencias médicas, se cesaron cientos de contratos en todo el Estado, se recortaron cargos y vacantes, se aumentaron los precios de las tarifas públicas. 


Sin embargo, no se anuncia ninguna medida impositiva sobre el gran capital, las grandes ganancias, el sector financiero, las grandes cadenas de supermercados ni sobre todos aquellos sectores que han tenido un crecimiento de sus ganancias desde el inicio de la pandemia, así como tampoco sobre los salarios gerenciales de estos sectores de actividad», expresa el comunicado.

En ese sentido el presidente de COFE recordó que «siempre son los públicos los que ponen los dos brazos».


En el comunicado COFE solicita públicamente al presidente conocer el destino de estos fondos y que lo recaudado con este impuesto se destine efectivamente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Recordemos que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló que Uruguay invirtió un 0.7 % de su Producto Bruto Interno para contrarrestar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, siendo uno de los países que invirtió menos en la región. 


«Seguimos planteando la Renta Básica y la Canasta de prestaciones de servicios públicos, porque el #QuedateEnCasa sin asegurar la alimentación es condenar a muchos uruguayos a la miseria y sin los servicios básicos la educación a distancia y teletrabajo son imposibles de realizar. 


El Gobierno instrumenta el impuesto COVID 19, sin embargo, continúan las exoneraciones fiscales al gran capital, continúan las designaciones discrecionales de cargos de dirección en el Estado y continúa la asistencia financiera a quienes no lo necesitan», concluye el comunicado.

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Gobierno prepara la reforma de los funcionarios públicos.

Equiparar sueldos, incentivos, control de ascensos, evaluaciones que pueden terminar como despidos por bajo rendimiento y revisión para todos.

La foto del presidente Luis Lacalle Pou está en una esquina en un amplio despacho en el tercer piso de la Torre Ejecutiva, con vista a la plaza Independencia y al Teatro Solís. El tibio sol de setiembre entra por los ventanales. Acá, en esta oficina, trabaja Conrado Ramos, el exfrenteamplista a cargo de la reforma del gobierno para los funcionarios públicos.

El anfitrión es el director de la Oficina Nacional del Servicio Civil. La mayoría de los despachos están vacíos en este tercer piso justo el día que El País lo visita, porque los funcionarios se fueron a realizar talleres con evaluaciones de su desempeño: “Hay que empezar en casa”, afirma con satisfacción Ramos, un cientista político de 58 años.

Este hombre que hoy trabaja codo a codo con el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, ocupó la subdirección de esa misma oficina entre marzo de 2007 y agosto de 2010 durante la segunda mitad del primer mandato de Tabaré Vázquez y en los primeros meses del gobierno de José Mujica. Después se fue: dice que se sintió perseguido y que llegó a integrar una lista negra armada por gente que estaba entonces en Presidencia. Tan dolido quedó que abandonó el Frente Amplio y tiempo después se unió al Partido Independiente.

Pero su cargo actual no es por cuota política, no representa a Pablo Mieres en el gobierno. “A mí me llamó el presidente y me terminaron de reclutar Álvaro Delgado y Rodrigo Ferrés, a quienes agradezco el apoyo fundamental que tengo”, dice, consciente que está en un lugar al que no pertenece y que su futuro dependerá de su desempeño y otros imponderables, pero no de compromisos políticos.

A principios de agosto Ramos presentó al presidente y al equipo económico el ambicioso paquete de reformas para los funcionarios públicos, que tiene como una de sus prioridades un cambio en el sistema de carrera. “Estuvimos dos días en una encerrona larga en Suárez chico para interiorizar al presidente y discutir con él las prioridades”, recuerda.

Ramos llama a su secretaria y pide una copia de la versión taquigráfica de su visita a la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, un día antes de este encuentro. Allí, en ese proyecto, están algunos de las reformas centrales que el gobierno quiere implementar para los funcionarios. Lo más conocido es un sistema de descuentos salariales cuando los empleados faltan por enfermedad para equiparar con el régimen de los privados: eso está en discusión y es probable que haya cambios en el texto final.

Los cambios en las licencias por enfermedad.

El proyecto de Presupuesto que envió el gobierno intenta terminar con uno de esos beneficios que gozan los empleados públicos en relación a los privados: si se enferman, cobran el sueldo entero. El texto establece que les descontarán los tres primeros días y a partir del cuarto cobrarán el 70%. Pero esta reforma fue cuestionada por los sindicatos y generó dudas en los legisladores oficialistas. Ayer, al cierre de esta edición, la bancada estaba reunida evaluando cambios al artículo 28, suavizando la norma, aunque manteniendo su espíritu. Una posibilidad era eliminar el descuento en los tres primeros días o crear “un colchón” de días al año. También disminuir el porcentaje de descuento.

Pero el gran objetivo del gobierno vinculado a los funcionarios, dice Ramos, es cambiar la imagen que la sociedad tiene sobre la función pública.

«Que recupere su prestigio, afirma. El plan que defiende -y en el cual trabaja, casi como en un consorcio, con OPP, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), el Ministerio de Economía y el comando directo del presidente- está basado en varios pilares.
Quieren reconstruir la carrera administrativa de los funcionarios definiendo perfiles y ocupaciones de los empleados y eliminando las inequidades salariales, un viejo reclamo sindical. A igual función, igual sueldo en todo el Estado.

También quieren que haya evaluaciones por desempeño reales, un paso previo a analizar en algún momento eventuales despidos por bajo rendimiento.

Quieren que al menos el 50% de los jerarcas concursen.

Que se controle la calidad de los concursos y los ascensos.

Que haya un sistema de retiros a partir de excedencias.

Que los funcionarios asesoren al gobierno y participen de las reestructuras.»

Ramos habla y cuesta pararlo. Se nota que el tema lo entusiasma, sabe que está ante un desafío grande y que deberá cumplir con lo que se propone. Dice que hay que construir sistemas integrados de información sobre la gestión humana. O sea, tener datos digitalizados donde se sepa qué hace cada funcionario, qué perfil tiene, cuáles son sus tareas, dónde trabaja, cuánto se le paga, qué capacitación tiene, cuál ha sido su vida laboral (desde sanciones a premios), los concursos ganados y cómo ha sido evaluado.

Una de las diez reuniones en Torre Ejecutiva que ha tenido el Presidente con COFE (Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado). Foto del Twitter de Martín Pereira.

Fuente: El País.