Los expertos coinciden en que las circunstancias cambian y hay que tener mucho cuidado con el agua y la humedad
Ahora que entramos en el otoño nos preguntamos qué pasa con las mascarillas y la lluvia. Los expertos coinciden en que las circunstancias cambian y hay que tener mucho cuidado con el agua y la humedad.
El material de las mascarillas cambia sus propiedades cuando se moja, «se separan las fibras y su capacidad de filtración se puede ver afectada, por eso no se deben mojar», asegura la farmacéutica vizcaína Diana Pérez.
En general, Pérez recomienda evitar cualquier humedad, y esta recomendación es extensible a todo tipo de mascarillas: «Si se moja por la lluvia la podemos secar y re-utilizar pero si se humedece con sudor, saliva o con la respiración hay que desecharla, porque favorece el crecimiento de microorganismos y la
posibilidad de que se conviertan en una fuente de infección«.
De ahí que la farmacéutica recuerde la necesidad de respetar las indicaciones del fabricante para realizar un uso correcto de la misma; «desechar cualquier mascarilla húmeda o mojada, y cambiarla por otra nueva». «Es de sentido común», asegura, «llevar la mascarilla de cualquier manera, deshilachada por ejemplo, para evitar la multa, no nos protege del coronavirus».
Una buena opcion es hacerse con un buen paraguas que nos acompañe en los días de lluvia para proteger nuestras mascarillas del agua. Y siempre se puede llevar una o dos máscaras de repuesto en un sobre o bolsa de papel dentro del bolso, bolsillo o mochila por si el chaparrón nos pilla por sorpresa.
Además de seguir las recomendaciones habituales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para no propagar la infección: buena higiene de manos y mantener la distancia de seguridad.
Fuente: EFE.