Un día como hoy, nacía Wilson Ferreira Aldunate.

La Razón

El último caudillo blanco nació un 28 de enero de 1919 y tuvo una destacada trayectoria política que se ganó el respeto de todos los partidos por su lucha por la Democracía en tiempos difíciles:

Wilson Ferreira Aldunate nació en Nico Pérez​ y falleció en Montevideo un 15 de marzo de 1988.

Fue un político y productor rural uruguayo, considerado el principal caudillo civil del Partido Nacional desde la década de 1970 hasta su deceso en 1988. Adquirió notoriedad tras declararse como uno de los más destacados opositores a los gobiernos de Jorge Pacheco Areco y Juan María Bordaberry, y tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973, se exilió y se convirtió en uno de los más ácidos censores de la dictadura cívico-militar

Hijo del Dr. Juan Ferreira y de Fortuna Aldunate. Casado con Susana Sienra Burmester, tuvo tres hijos: Gonzalo, Silvia y Juan Raúl.

Carrera política:

El 2 de mayo de 1944 la ambulancia de la Asistencia Pública en la que era conducido el padre de Ferreira chocó y éste falleció como consecuencia del shock. Ferreira abandonó la carrera de Derecho, dejando la materia Legislación del Trabajo sin rendir examen. Comenzó a dedicarse con intensidad a las tareas del campo y a militar en política. Al principio se dedicó a la estancia paterna San Juan, ubicada en Rocha, que en 1968 fue dividida con su hermano Juan. En diciembre de 1944 se casó con Susana Sienra y partieron de luna de miel a Bariloche, Argentina. Hasta 1953 vivieron en diversos apartamentos en el barrio montevideano de Pocitos. En 1953 se mudaron a una casa en el barrio de Carrasco. En 1954 ingresó al Parlamento como suplente de Washington Beltrán Mullin por el término de seis meses. Trabajó activamente para las elecciones de 1954, pero entre 1955 y 1958 nunca ingresó a la Cámara. Se dedicó al campo y a introducir innovaciones, como praderas artificiales y experiencias en inseminación artificial, que fueron las primeras realizadas en el país. En 1957 se le ofreció la diputación por Colonia, acompañando la campaña municipal de Carminillo Mederos, destacado dirigente del Movimiento de Rocha, que se había opuesto a la orientación conservadora de uno de sus fundadores, el doctor Alberto Gallinal Heber. Ferreira recorrió todo el departamento, acompañado de su familia. En 1958 el Partido Nacional ganó las elecciones. Ferreira pasó a ocupar una banca en la Cámara de Diputados, por el departamento de Colonia. Cuatro años más tarde fue elegido senador, pero culminó ese año asumiendo como ministro de Ganadería y Agricultura. Durante su gestión creó la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE), que realizó el primer diagnóstico integral de la sociedad uruguaya y formuló un proyecto de reforma agraria.

En 1959, a raíz de la muerte y el sepelio de Luis Alberto de Herrera, Ferreira escribió: «No se trataba de una multitud que, adolorida, acompañaba en lágrimas, acongojada, el cuerpo de su jefe, de su amigo. Se trataba de un pueblo que entró al Palacio victorioso, con Herrera en hombros y yo casi diría que entre lágrimas de aquella gente había alegría. Gritaban orgullosamente, rompiéndose la garganta: Herrera, Herrera, Herrera. Entraron en el Palacio señalando que Herrera no moría y que aquel momento era que, realmente empezaba a estar más vivo que nunca en nuestro país.»

En 1962 el Partido Nacional volvió a ganar las elecciones. Este segundo gobierno no logró superar los problemas económicos del país. Se impulsó una política represiva frente al movimiento sindical y estudiantil que trajo consecuencias negativas. Dos de los puntos fuertes de dicho gobierno fueron la continuidad del plan de obras públicas iniciado por Luis Giannattasio en el gobierno anterior y el desempeño de Wilson Ferreira al frente del Ministerio de Ganadería y Agricultura. No es exagerado afirmar que allí comenzó el liderazgo político de Ferreira, que terminaría por erigirse en uno de los dirigentes máximos de la historia del Partido Nacional y en una personalidad política que llegó a gozar de general admiración. Ferreira se mantuvo como titular del durante los cuatro años de gobierno y realizó un importante esfuerzo para conocer, modificar y modernizar el país agropecuario. Intentó aplicar el plan reformista de la CIDE y se rodeó de un equipo de técnicos jóvenes que eligió con total prescindencia de su filiación política. Entre ellos se encontraban Danilo Astori, Antonio Pérez, Lilián Serra, Martín Buxedas, Celia Barbato, Miguel Cetrángolo y el chileno Jesús González.

Homenaje 2021 del Partido Nacional en su página oficial.

Elecciones del 71´ Fraude electoral:

Consciente de la importancia y el potencial de su liderazgo, funda el Movimiento Por la Patria, que resulta un movimiento aluvional, tanto de herreristas como blancos independientes.En medio de un clima de violencia social, Ferreira se presentó a las elecciones presidenciales de 1971 por el movimiento Por la Patria y el Movimiento Nacional de Rocha, representado por el candidato a la Vicepresidencia, Carlos Julio Pereyra. El Partido Colorado fue declarado ganador por 12.802 votos.

El Partido Nacional denunció ante la Corte Electoral gravísimas irregularidades; entre otras, que hubo más votos que votantes en 211 de los 2.744 circuitos de Montevideo, y que, luego de la votación, cuando las urnas debían ser llevadas al Cilindro Municipal para su protección, al menos un centenar de ellas llegaron con 70 días de retraso respecto de las otras, sin candado y abiertas, ya que, previo a ser depositadas en el Cilindro, habían sido llevadas a cuarteles del interior del país. Por estas y otras razones el Partido Nacional lanzó acusaciones de fraude. La Corte, controlada por el Partido Colorado, anunció una investigación, y eventualmente declaró que sólo en 49 circuitos hubo votos en exceso y que éstos eran solamente 121, lo cual no alteraba los resultados.

Regreso del exilio, posterior a la Dictadura:

En un dispositivo de guerra para impedir el contacto del líder con la multitud que lo esperaba, y ante insistentes rumores que presagiaban una revuelta civil, fue apresado por los militares y trasladado en helicóptero hasta el cuartel de Trinidad, donde permaneció encarcelado durante toda la campaña electoral que restableció la democracia, y excluido de participar en las elecciones, según se había acordado en el Pacto del Club Naval. Este acuerdo, celebrado por los militares, el Partido Colorado, el Frente Amplio y la Unión Cívica, sentó las reglas de juego para el retorno a la vida democrática, que incluían la proscripción de varios políticos cuyas candidaturas eran resistidas por los militares. Ferreira, principal enemigo del régimen en el exterior debido a su trayectoria, y por ello requerido por la justicia militar, no podía participar de ninguna manera, según han reconocido jerarcas militares de la época. Liberado el 30 de noviembre de 1984, una caravana multitudinaria lo condujo hasta Montevideo. Entrada la madrugada del 1 de diciembre, Wilson Ferreira llegó a la Explanada Municipal, donde el Partido Nacional había organizado un acto de bienvenida al que se sumaron simpatizantes de todas las esferas políticas. En una de las concentraciones políticas más recordadas de la historia uruguaya, Ferreira sorprendió por su postura tras las elecciones que acababa de ganar el Partido Colorado (primera presidencia de Julio María Sanguinetti), en la que no asumió un actitud de revancha y anunció su apoyo al gobierno democráticamente electo, acuñando el término «gobernabilidad» para resumir su postura.

Al retomar el liderazgo nacionalista, y ante la postura militar de resistir las primeras denuncias por violación de derechos humanos hasta el desacato (las primeras citaciones judiciales fueron retenidas por en entonces comandante en jefe del Ejército, general Hugo Medina), Ferreira inicialmente trató de impedir el proceso de amnistía a los militares, pero posteriormente impulsó a su partido a votar junto al Partido Colorado la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva de Estado, en cuya redacción participaron algunos de sus colaboradores. Luego de aprobada la Ley, Wilson Ferreira fue factor permanente de consulta de correligionarios y adversarios, tal cual admitió el entonces presidente Sanguinetti, y mantuvo una postura conciliadora. A mediados de 1987 su estado de salud se deteriora considerablemente. Ferreira es internado en un sanatorio de Montevideo a consecuencia de una afección pulmonar complicada por una gripe no tratada. Ante la gravedad de su estado, es trasladado a un centro asistencial en los EEUU.​ Poco antes de partir, escribió su último editorial para el semanario La Democracia.

​ Falleció en Montevideo el 15 de marzo de 1988, víctima de cáncer.​ Su muerte provocó una enorme demostración popular y numerosos reconocimientos de todos los partidos políticos del Uruguay. Fue enterrado con honores de Ministro de Estado en el Cementerio del Buceo; los aniversarios de la muerte de Wilson se convierten en ocasión de recuerdo y homenaje.

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