Dos semanas después de aplicada la segunda dosis de la vacuna de Sinovac se observa la presencia de anticuerpos en el 90% de los vacunados, de acuerdo con un estudio clínico realizado por investigadores de la Universidad Católica de Chile en la que participaron 2.300 personas sanas, y cuyos resultados fueron entregados al ministerio de Salud y al ministerio de Ciencia, con el objeto de obtener información sobre la seguridad de la vacuna y el avance de la inmunidad en la población chilena.
También se aprecia que los anticuerpos detectados después de la segunda dosis de la vacuna tienen capacidad neutralizante, lo que significa que impiden el ingreso del virus a las células.
El estudio, que también evaluó la respuesta inmune en un subgrupo de voluntarios que recibió la vacuna o placebo, muestra resultados positivos desde los 14 días de la primera dosis, cuando se observa un aumento de anticuerpos contra la proteína S del coronavirus, que es la permite la unión del virus a las células.
Susan Bueno, directora científica del proyecto, añadió que la presencia de anticuerpos se detectó en un poco menos del 50% de los vacunados después de la primera dosis.
La investigadora precisó que la vacuna de Sinovac no solo está dirigida contra una proteína del virus, ya que al inocular el virus cumpleto, aunque inactivo, el sistema inmune genera anticuerpos contra otras proteinas del virus, según se lee en el diario La Tercera de Santiago de Chile.
Bueno también dijo que no hay diferencia en la inmunidad generada entre los mayores de 60 años y los que están por debajo de ese rango etario, tampoco entre hombres y mujeres.
La infectóloga Katia Abarca, directora clínica del estudio, añadió que se registraron muy pocos efectos adversos a la aplicación de la vacuna y todos ellos leves. El que más se repetía era dolor en la zona de la inyección que se pasaba en uno o dos días, menos del 5% de las personas tuvo fiebre baja y no se registró ningún síntoma adverso serio. La vacuna, afirmó, «tiene un muy buen perfil de seguridad».
Los participantes del estudio que lideró la Universidad Católica de Chile serán seguidos durante un año y tiempo. Durante ese lapso se medirán anticuerpos y linfocitos T que son parte de la inmunidad adquirida y permitirán definir si esa inmunidad permanece por más de un año.
“Si llegasen a bajar los niveles de anticuerpos neutralizantes y de linfocitos T, significaría que pudiera necesitar una nueva dosis de la vacuna”, explicó Alexis Kaergis, director del ensayo clínico y del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.
La Universidad Católica chilena comenzó a desarrollar este estudio clínico de fase tres con la vacuna de Sinovac desde noviembre del año pasado.
El Observador