«Las dudas que nos asaltan incesantemente, son signos de debilidad en cierto sentido, pero también es lo indescifrable de lo desconocido». Ver toda la columna:
La Razón comparte un nuevo espacio de opinión.
Por ello el ser humano no concilia la paz deseada, y lucha continuamente por desentrañar si el escenario cotidiano en donde se mueve es un telón permanente, que no deja ver el escenario real… ¿o es la falta de actitud por torcer esa realidad? Algunos se preguntan -como yo- si el transitar nuestras arterias pisando continuamente basura es normal y no requiere análisis; que el maltrato animal y la indiferencia de muchos es la esencia del humano y no podemos «limpiar» ese desatino sin quitarle el ADN que lo distingue por ser «RACIONAL»?
Normal es ver permanentemente escombros y poda en la vía pública, conviviendo por mucho tiempo entre nosotros, o de lo contrario ser «barridos» por la lluvia y desplazarlos hacia el arroyo, destino inevitable… la gran cloaca urbana. Si el creer en ciertos propósitos(firmes y útiles) se le considera una utopía o un sueño fugaz, entonces esta sociedad está llamada a desfallecer dejando un lastre de desolación y desesperanza para las futuras generaciones.
Las cosas buenas casi siempre conllevan una critica feroz; es el incomprensible afán de no dejar que miembros de nuestra sociedad tengan «un rapto de actitud» en beneficio de todos nosotros. Eso es el síndrome que alimenta el posisionamiento y el interés tanto económico como de poder del ser humano, prefiriendo la mediocridad al éxito de otros por el bien de todos.
Lo malo y destructivo tiene un plus a su favor por ser factor de polémica que contrarresta todo esfuerzo para intentar lo contrario; esa mancha no es posible borrarla por ser esta alimento de la mediocridad, que conocemos beneficia al poder establecido.
Por eso debemos creer que esto debe cambian para bien, de eso nos alimentamos… de esperanza, ya que de lo contrario el estiércol nos sepultará y reafirmaremos que realmente somos HUMANOS!!!SOMOS ANIMALES DE COSTUMBRE, Y DÉBILES A LA HORA DE RECONOCER LOS CLAROSCUROSDEL BIEN Y EL MAL.
ANGEL QUINTANA