¿Qué esperan los que esperan? Escribe Ángel Quintana.

Ángel Quintana

«Entre el intrincado y caótico estado de ánimo del ciudadano común, impera una suerte de sospecha solapada, en cuanto a sus anhelos… aspiraciones o sueños que se postergan y diluyen  en un mar de impotencia…» Ver toda la columna:

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Esperanza?… desesperanza?… desasosiego?, frustración… desaliento?

Entre el intrincado y caótico estado de ánimo del ciudadano común, impera una suerte de sospecha solapada, en cuanto a sus anhelos… aspiraciones o sueños que se postergan y diluyen  en un mar de impotencia.

Espera inmutable… esperanza utópica y derrocho de años inócuos en pos de una dignidad que por escurridiza nos transforma en seres ignorantes y soñadores, cobijados por un «modelo social» que hábilmente nos contiene extirpándonos la rebeldía que los puede complicar.

Mientras tanto volvemos a confiar en el modelo político instaurado, enfrascados en discusiones banales y bizantinas de cómo evaluar el potencial de cierto «candidato» o las ideas populistas de otro. En tanto chapoteamos en el lodo de la inoperancia, ABONAMOS el suelo con nuevas promesas que sustentamos caprichosamente y enriquecemos las arcas oficiales con nuestros menguados rubros, como que el vil metal no sea patrimonio del proletariado y sí una creación para alimentar una sociedad clasista…insensible y ya ahora perturbada.

Este divagar propio de una mente irresoluta y desesperanzada no es más que un ínfimo átomo que se anima a estallar, pero -en cambio- otros se ahogan en ingenuidad.

Si estaríamos en Europa hablaría de estado medieval… pero aquí en el nuevo mundo no nos agitamos por sobre napas de arcaicas civilizaciones, en cambio nos agitamos en estructuras «nuevas» que el ser humano se ocupó de envejecer prematuramente.

Esperamos que todo o casi todo funcione… en la medida de nuestra supervivencia; que los beneficios prometidos cristalicen en un tiempo prudencial y dentro de nuestro tiempo que nos otorga la expectativa de vida en los tiempos modernos.

Esperamos que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos lleguen a disfrutar de los humildes requerimientos de sus ancestrozs, a saber: acceso a servicios básicos, agua potable creíble, saneamiento funcional y seguro para el medioambiente, rutas, arterias urbanas y rurales, transitables y seguras, etc., una preservación de la naturaleza conciente y responsable, con sensibilidad para con nuestros hermanos los animales (nuestros fieles compañeros de ruta); respeto a nuestros ancianos, igualdad de posibilidades entre razas; celo en el cuidado de la discapacidad humana; responsabilidad y criterios serios en el cuidado, educación y trato hacia los niños y adolescentes y que RESPETEMOS LOS PRECEPTOS DE JOSÉ PEDRO VARELA, etc. LA ESPERA SIGUE ETERNA… LA AÑORANZA DE UN TIEMPO MEJOR NO DECAE… POR ESO ESTAÑMOSVIVOS.

PERO LA VIDA NUTRE A LA MUERTE, Y LAS GENERACIONES SE SUCEDEN… Y  NO TENEMOS MÁS TIEMPO!!!

ANGEL QUINTANA

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