«Más vale encender una vela, que maldecir la oscuridad»

«Si alguien lo dijo, o yo lo intuí, como una «actitud» de mi parte de los estados cotidianos… me hago cargo…» Ver columna completa de Ángel Quintana.

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión:

Lo que reviste cierta atención es esa perpetua oscuridad tratando de infundirle una tenue claridad, que será bienvenida ante los negros nubarrones que nos envuelven como una mortaja.

No es «ajeno» (palabra que muchos esconden), los innumerables hechos que se están manifestando y que encierran una infinita actualidad, sin que, atinemos a denunciarlos como avatares reñidos con las nobles costumbres y la armonía ciudadana.

Esos motivos, cargados de desidia y consecuentemente nocivos para nuestra cotidianidad los estamos palpando a diario, en la configuración urbana con cierta desprolijidad y mala puesta en escena, para asombro de los espectadores que asistimos impotentes a esos  desajustes.

Es evidente que en otras ciudades o conglomerados urbanos del departamento estos despropósitos se han atacado con total éxito, por lo que nos sentimos -pese a los logros obtenidos- una población de segunda categoría; no más ver la suspensión de la recuperación del hormigón en las arterias céntricas y periféricas, que había tomado un vuelo seguro y creíble, lo que maquillaría en parte las escabrosas superficies del resto de las calles. Otro de los «olvidos» es la concreción de cordón y cuneta de amplias zonas urbanas, fundamentalmente de aquellos barrios más humildes que -en ciertos casos- cuentan con una humilde capa asfáltica y hoy totalmente degradada.

Debemos citar, como corolario de un Rosario de omisiones los remiendos en pleno casco urbano de aquellas áreas baldías de total notoriedad, cuna de depósitos de basuras y todo tipo de desechos que atentan con la salud de los vecinos.

Es hora de rectificar nuestras actitudes y procurar ser ciudadanos de primera, desterrando los nocivos hábitos que nos aquejan (esto lo expreso con infinita congoja e impotencia).

PRENDAMOS UNA VELA PARA VISUALIZAR EL CAMINO QUE -CON CERTEZA- NOSCONDUCIRÁ A UNA TOLERANCIA Y AUTOESTIMA ACORDE A NUESTRO IMPORTANTE EN CLAVE EN EL DEPARTAMENTO.

ANGEL QUINTANA

«La Primera Piedra» escribe Ángel Quintana.

«He estado atado en una suerte de meditación respecto a mi conducta o de  un rapto de ignorar mi observancia, tan proclive a los estados de las estructuras sociales en la que nos movemos» Ver toda la columna:

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión: «La Primera Piedra».

Me concentro en esos actores que son los artífices de brindarnos beneficios ya pagos y laudados (los derechos ciudadanos); entiendo que soy drástico en esa disyuntiva. Recojo de vez en vez la primera piedra, testigo de que lo expuesto es de total recibo, y de que abro una herida oculta, quizás de culpa o de reconocimiento de los errores o faltas cometidas; he de reconocer -a su vez- los logros cristalizados.

El silencio ante lo evidente y reiterativo no debe ser ocultada, y esa falta de actitud se debe afrontar tibiamente sino con vehemencia ya que el silencio es la madre de la  complicidad, y la desidia es la mediocridad humana sin sustento para afrontar males descarnados.

No le debo a nadie una explicación por mi conducta mundana la que creo a pie juntillas, y seguiré mi derrotero con las mismas convicciones y fuerte idealismo, que entiendo son espejismos que la aridez de la vida nos propone, y desafíos cuasi descabellados. Tengo un cerro de piedras que ha catapultado mis escritos, pero ninguno de esos proyectiles me ha dado en mi humanidad y me ha derribado.

Es indudable que el mutismo general no ayuda a quebrar la realidad en la que nos movemos, son sensaciones individuales que -quizas- puedan modificar o torcer los desatinos políticos, con tan alta gravedad que rompen los ojos.

Estas reflexiones, que muchos de los desconocidos lectores leen, creen que son espacios que alimento por tener «agenda vacía», y reconciliarme con mi soledad y el hastío que me atosiga. No más que un «recordatorio» para algún desmemoriado que pretende cargar a mi conducta solamente por estar «al cuete», una suerte de juego que ejerzo en mis días de horas vacías.

Tengo el aval incontrastable de haber trabajado toda mi vida (nada de lo que poseo me vino del cielo o de alguna actitud corrupta); el celo con el que defiendo mi trayectoria es avalada en 43 años ininterrumpidos de desempeño comprometido con mi misión, que hoy invierto ese tesoro acumulado en «hacer lo que quiera», por lo que no acepto que se mancille ese apostolado tan sagrado tratando de  ayudar a la gente de a pie, o aquellos que confiaron en mis conductas tan creíbles y humanas,  en truculentas invenciones que laceran mi actualidad.

Ante ello, no quito ni sumo argumentos para conciliar con los «críticos» si tengo o no razón en los «ensayo» o «reflexiones» que diagramo periódicamente.

MI CONVICCIÓN ME GUÍA COMO UN FARO EN LA NIEBLA.
ANGEL QUINTANA

«¿Qué es el tiempo? » escribe Ángel Quintana.

Hoy compartimos: «¿qué es el tiempo?; qué sensación o influencia ejerce ese trajinar de los años llamado TIEMPO en nuestra existencia?; en una ilusión, un ensueño o en la eterna esperanza de encontrar la celestial perfección de la eternidad?» Ver columna completa:

La Razón ofrece a sus lectores un nuevo espacio de opinión, » ¿Qué es el tiempo? «

Contemplando las márgenes del arroyo, que he presenciado por décadas discurrir de sus aguas, que, con mis ojos de niño y luego de adolescente inocentes y sin complicaciones, hoy día, ya transformado su cauce, tan vandalizado, vapuleado…, y vuelto a restañar sus heridas, por  causa y obra de la ONG. local, me retrotraigo a su historia y sus vivencias.

Cruentas luchas intestinas, primero por la emancipación, luego con las refriegas de dos divisas políticas, y nuestras correrías por los pasillos naturales de su fronda indígena, adorando la paz de sus lagunas escondidas y de su camalotal siempre presencial, me planteo un interrogante y las dudas quedan prendidas  en esas vivencias tan arcaicas que la bruma del tiempo se encargó de borrar pero que la historia atesora celosamente… y me pregunto: ¿qué es el tiempo?;  qué sensación o influencia ejerce ese trajinar de los años llamado TIEMPO en nuestra existencia?; en una ilusión, un ensueño o en la eterna esperanza de encontrar la celestial perfección de la eternidad?

Esa bruma galáctica que nos envuelve y nos hace flotar y retenernos en nuestro suelo milenario es el artífice que mueven los hilos de nuestra vida como una marioneta sumisa. El  hombre  solamente, una especie efímera que sobrevuela los etéreos espacios de esta «estrella azul» que se extingue continuamente, pero que se reinventa incesantemente; solo este planeta evoluciona inmerso en la galaxia dinámica e infinita, en cambio nosotros somos la cimiente que se sembró quien sabe por quién, y brotó sabiendo que al nancer morimos, en una suerte de inconsistencia y en un avatar incomprensible.

He presenciado y actuado en las alegrías de nuestra cándida niñez, la alegoría de los egos, la vanidad, codicia, egoísmo y la característica más saliente… nuestra maldad. La futilidad de nuestras  ambiciones, todo lo cual me agobian, me sacan energía y caigo en un letargo de lágrimas, y una impotencia que ya me he acostumbrado, sabiendo que todo es un espejismo.

¿Con qué perspectiva vemos la vida, a los diez, veinte o cincuenta años?; quizás un solitario comprenda esos matices con más virulencia y un estado de tristeza sin ilusión, esa ilusión que nos alimenta.

El deber es lo único que perdura después de nosotros, ya que los hijos, los nietos, los afectos diversos nos sobreviven; las creencias, la religión los tabúes… nos preceden.

Vemos como nos ajamos, nos deterioramos pese al esfuerzo para preservar la lozanía; los axiomas que nos corroen siguen su curso; las envidias, las buenas intenciones, las obras loables… nuestras miserias, todo es un combo que nos nutre sin darnos cuenta, dejándoles a las nuevas generaciones ese cúmulo que se corrompe, con la naturaleza compañera que se rehace pese a sus heridas constantes.

NOSOTROS, COMO LOS ÁRBOLES DE LA SELVA, NOS ALIMENTAMOS DE LOS CAÍDOS EN UN CÍRCULO INFINITO Y UN RITUAL SAGRADO.

ANGEL QUINTANA

¿Qué esperan los que esperan? Escribe Ángel Quintana.

«Entre el intrincado y caótico estado de ánimo del ciudadano común, impera una suerte de sospecha solapada, en cuanto a sus anhelos… aspiraciones o sueños que se postergan y diluyen  en un mar de impotencia…» Ver toda la columna:

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión sobre: » ¿Qué esperan los que esperan? «

Esperanza?… desesperanza?… desasosiego?, frustración… desaliento?

Entre el intrincado y caótico estado de ánimo del ciudadano común, impera una suerte de sospecha solapada, en cuanto a sus anhelos… aspiraciones o sueños que se postergan y diluyen  en un mar de impotencia.

Espera inmutable… esperanza utópica y derrocho de años inócuos en pos de una dignidad que por escurridiza nos transforma en seres ignorantes y soñadores, cobijados por un «modelo social» que hábilmente nos contiene extirpándonos la rebeldía que los puede complicar.

Mientras tanto volvemos a confiar en el modelo político instaurado, enfrascados en discusiones banales y bizantinas de cómo evaluar el potencial de cierto «candidato» o las ideas populistas de otro. En tanto chapoteamos en el lodo de la inoperancia, ABONAMOS el suelo con nuevas promesas que sustentamos caprichosamente y enriquecemos las arcas oficiales con nuestros menguados rubros, como que el vil metal no sea patrimonio del proletariado y sí una creación para alimentar una sociedad clasista…insensible y ya ahora perturbada.

Este divagar propio de una mente irresoluta y desesperanzada no es más que un ínfimo átomo que se anima a estallar, pero -en cambio- otros se ahogan en ingenuidad.

Si estaríamos en Europa hablaría de estado medieval… pero aquí en el nuevo mundo no nos agitamos por sobre napas de arcaicas civilizaciones, en cambio nos agitamos en estructuras «nuevas» que el ser humano se ocupó de envejecer prematuramente.

Esperamos que todo o casi todo funcione… en la medida de nuestra supervivencia; que los beneficios prometidos cristalicen en un tiempo prudencial y dentro de nuestro tiempo que nos otorga la expectativa de vida en los tiempos modernos.

Esperamos que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos lleguen a disfrutar de los humildes requerimientos de sus ancestrozs, a saber: acceso a servicios básicos, agua potable creíble, saneamiento funcional y seguro para el medioambiente, rutas, arterias urbanas y rurales, transitables y seguras, etc., una preservación de la naturaleza conciente y responsable, con sensibilidad para con nuestros hermanos los animales (nuestros fieles compañeros de ruta); respeto a nuestros ancianos, igualdad de posibilidades entre razas; celo en el cuidado de la discapacidad humana; responsabilidad y criterios serios en el cuidado, educación y trato hacia los niños y adolescentes y que RESPETEMOS LOS PRECEPTOS DE JOSÉ PEDRO VARELA, etc. LA ESPERA SIGUE ETERNA… LA AÑORANZA DE UN TIEMPO MEJOR NO DECAE… POR ESO ESTAÑMOSVIVOS.

PERO LA VIDA NUTRE A LA MUERTE, Y LAS GENERACIONES SE SUCEDEN… Y  NO TENEMOS MÁS TIEMPO!!!

ANGEL QUINTANA

«De consejos se vale el Martín Fierro…yo me aferro a mis principios…»

«Se sincero contigo mismo… no por ello fuerces tu corazón en ocasionales yerros». Escribe Ángel Quintana, ver columna:

En La Razón, compartimos un nuevo espacio de opinión:

No cometas el error de subestimar a un inferior intelectualmente, ya que ese ser puede mostrarte lecciones de vida. No maldigas los malos momentos ya que esos eventos te fortalecen el espíritu para sobreponerte a la adversidad. No demandes… gánate el magnánimo reconocimiento del prójimo. No levantes la voz… ya que las personas altisonantes pecan de descreimiento.

De la esperanza vive el pobre… mas el rico de su dinero. Da sin condiciones, porque de ese gesto nace la protección en tiempos nefastos. Conceder una caricia a un animal abandonado DIOS te lo agradecerá… y el ser desdichado se sentirá reconfortado… como recibir una suculenta comida. Nos podemos sustraer a una fatalidad, mas no al yugo del tiempo.

El estudio analítico mata la originalidad; como el grano de trigo hecho harina no podrá germinar. Trabaja sin cesar y con entusiasmo, pero no tomes ello como una premisa de vida; hay tiempo para todo y solo un  instante para decir basta.

Ten más presencia en el seno del hogar… porque para ello lo has edificado; una pieza faltante en tiempo y forma desdibuja la escencia. La grandeza humilde y sencilla es lo que enaltece y eleva al artista y el público lo reconoce como una virtud unipersonal.

No reacciones irracionalmente ante la impotencia, la paciencia y el reposo te premiará con la solución debida. El rencor enferma y el perdón te redime. El mendigo, como el perro abandonado no son menesterosos… tienen como tesoro la libertad. Sé respetuoso del pensamiento del prójimo, ya que éste te hace cuestionar tu credibilidad.

No prediques en el desierto, ni en el bullicio desbocado de las masas… tu acción debe ser anónima… y así lo captarán.
ANGEL QUINTANA

“Lo esencial es invisible a los ojos”escribe Dra. Maria Celia C. Aguilar.

Con esa frase de «El Principito» se abre un nuevo segmento de opinión, en este caso sobre Salud. «Escribo estas líneas especialmente para ustedes con la ilusión de que las lean y les sean útiles…» Ver columna completa:

La Razón comparte un nuevo espacio a cargo de la Doctora María Celia C. Aguilar:

Queridas Familias:

Escribo estas líneas especialmente para ustedes con la ilusión de que las lean y les sean útiles.  La salud en el mundo entero está sobre el tapete como nunca.                                                                                         Lo está, por tanto la vuestra y la de todos aquellos a quienes tanto quieren.

Es difícil, lo sé, cambiar paradigmas, costumbres, creencias, convicciones, pero estamos en un momento en el cual es indispensable un cuestionamiento crudo y profundo de la realidad.

Supuestamente, entre las más serias amenazas a la salud, hay un VIRUS y todas sus variantes o cepas con capacidad de entrar a nuestro cuerpo, infectarlo y llegar a producir enfermedad grave y hasta la muerte de cualquiera.    Supuestamente también, es muy contagioso.

Describo VIRUS para que lo puedan visualizar,

VIRUS, es una partícula proteica rodeada de Ácido Nucleico (ADN) o Desoxi Ribonucleico (ARN) inerte, intracelular.  No respira, no absorbe, no excreta, no se reproduce y no se traslada por sus propios medios.   Por todas estas características no puede ser considerado ni descripto como un «BICHO»  que viene a matarnos, frase que oigo repetidamente en los medios, causando pánico en muchísima gente.     Ésta, es una verdad científica no cuestionada.

   La otra verdad incuestionable es que estamos inmersos en una Pandemia.

   Para muchos científicos, entre quienes me incluyo, es muy cuestionable aún, la causa y por lo tanto, el manejo de esta situación sanitaria.   Tengo mi opinión casi formada pero no es el tema que me movió a escribirles, ni lo que  interesa discutir.

    Lo que si interesa saber, en medio de este caos sanitario e informático  es: Qué se puede hacer para mantenerse en salud.   En este tema sí tengo certezas que quisiera compartir.         

    El Agua de Mar, de la cual tanto me han oído hablar, es la única forma, concreta,  real, natural, inequívoca de poder mantenernos en salud  por las características de su composición. (Otto Warburg 1931 Premio Nobel: » La alcalinidad y oxígeno hacen imposible que los cuerpos se enfermen».

    El Agua de Mar es la matriz orgánica de nuestros cuerpos, es el magma líquido que origino la vida biológica que conocemos y de la cual formamos parte. (70% de nuestro cuerpo (no es agua), es Agua de Mar). Científicos afirman que aún hoy se puede encontrar en ella información genética de la era precámbrica.

Su riqueza para nuestro cuerpo es inconmensurable,  sobre todo por la alcalinidad que su consumo produce.,  Su composición química incluye los 118 elementos de la Tabla Periódica de Mendelheieff.  Increíblemente los contiene en los porcentajes EXACTOS a los del líquido amniótico de una mujer embarazada  y en porcentajes idénticos a los de nuestros líquidos corporales.

Ustedes han oído desde siempre decir que debemos hidratarnos porque el 70% de nuestro cuerpo es agua. En realidad la frase correcta seria: Debemos hidratarnos  con Agua de Mar porque el 70 % de nuestro cuerpo es Agua de Mar que está concentrada  al 9 %, o sea más diluida que en el mar. (El mar contiene 35,5 grs. de sales / litro. OJO digo  sales, sales minerales  y no cloruro de sodio o sal común, que el mar no contiene. Por eso tomarla no afecta la hipertensión en quien la padece sino que la corrige cuando biorepara.

El relleno de cada una de nuestras células y el relleno de cada espacio intersticial está repleto de Agua de Mar con los mismos 118 elementos, oligoelementos, electrolitos y demás componentes que el mar (en las mismas proporciones y en menor concentración u os molaridad).

Para quienes tienen conceptos cercanos a una Divinidad Creadora, el Mar fue, sin duda, su forma de entregar abundancia a su Creación.  El Mar es Abundancia de elementos y de alimentos para la humanidad.

El Agua de Mar tiene gusto salobre que suele resultarnos ligeramente desagradable (al principio) pero como explique,  no contiene  cloruro de sodio (ClNa) como tal,  tan dañino para la salud sino Sales Minerales altamente beneficiosas para los metabolismos celulares. Su  concentración de 35,5 miligramos por litro,  cuatro veces superior a la de nuestro cuerpo aunque la composición sea idéntica es muy importante para defendernos.

Esa concentración superior, significa que cualquier patógeno que pueda vivir, reproducirse y enfermarnos, moriría casi instantáneamente si entrara en contacto directo  con el Agua de Mar.  Este hecho transforma al Agua de Mar en un poderoso DESINFECTANTE  por contacto.

Esto significa que no importa cuál sea el Patógeno que enfrentamos: bacteria; virus, cepa o mutación; hongo, u ameba todos mueren deshidratados al entrar en contacto con el Agua de Mar.  Ningún patógeno que pueda vivir en nosotros puede  sobrevivir más que segundos   en contacto con el  Agua de Mar en su estado puro. 

Digo Patógenos para incluir todo agente infectante porque El Agua de Mar a diferencia de los Antibióticos que son para bacterias y,  pueden generar resistencia en algunas de ellas, pasando a no ser efectivos.  O las vacunas que supuestamente, combaten los Virus pero estos  pueden generar mutaciones que exijan más vacunas y más vacunas, el Agua de Mar ataca y mata a todo Patógeno  por igual,  inexorablemente por simple contacto.

Es importante entonces saber que si todos nosotros llevamos una botellita con Agua de Mar pura junto a nosotros durante el día  y nos ponemos una poca cantidad de Agua de Mar en la boca, la movemos suavemente de un lado al otro (1 o 2  minutos) y  la dejamos correr a lo largo de nuestra garganta despacio, habremos matado todo patógeno que intentaba reproducirse en nuestra orofaringe, para llegar a formar una masa patógena  crítica que franqueando la barrera natural de  la garganta y sus amígdalas pudiera causarnos enfermedad.

El Agua de Mar así utilizada cada 2 o 3 horas durante el día  será para nuestras gargantas lo que el jabón y el alcohol en gel son a nuestras manos. Solo que mucho mejor, porque es un poderoso desinfectante natural, alcalinizante y bio reparador no agresivo para la piel ni las mucosas y puede ser usado por todos sin causar daño alguno, desde los niños hasta los ancianos. 

Si esta mecánica de desinfección  pudiera ponerse en práctica en toda la población, el control de los contagios estaría garantizado y la supuesta Pandemia vería su fin.

El agua de Mar tiene además de este importantísimo poder de desinfección otro valor igualmente inconmensurable,  ya mencionado…Es ALCALINIZANTE.

Todos han oído que es necesario alcalinizar el cuerpo, todos han oído que un cuerpo ácido enferma (el estrés provoca secreción de adrenalina y ésta acidifica) y un cuerpo alcalino no lo hace. Para consumirla en dosis alcalinizantes a diario,  puede diluirse con agua común un cuarto de Agua de Mar y hasta tres cuartos de agua natural, y puede también agregarse algún jugo de limón u otro que la torne más agradable. Nosotros la consumimos pura.

La enfermedad es imposible que exista en un cuerpo ALCALINO.  (A veces la reiteración afirma conceptos claves). Esta alcalinidad se logra en tres a cuatro semanas de toma disciplinada de 250 a 300 ml  pura o diluida. 

Intentare explicar ahora el otro beneficio de este “ORO LIQUIDO”  que baña nuestras costas, inspira poetas, fotógrafos, artistas, músicos, cautiva marineros, pescadores y atrae niños en el mundo entero.

El Agua de Mar es NUTRIENTE  y BIOREPARADORA. Nutriente  porque contiene, amén de los 118 elementos mencionados, el riquísimo fitoplancton y zooplancton. El Agua de Mar es el  único alimento que construye el enorme cuerpo y musculatura de nuestras ballenas QUE SOLO FILTRAN AGUA DE MAR.

 Esta nutrición tan perfecta y equilibrada tiene una función específica, que es darle al cuerpo  todos los elementos para que biorepare.

Poco se habla de la increíble capacidad del cuerpo de bioreparar el daño que sufre en determinados momentos de nuestras vidas.  El cuerpo repara fracturas, fabrica circuitos venosos y arteriales paralelos y auxiliares, aumenta el tamaño de glóbulos rojos cuando falta oxígeno y así la lista de reparación sería absoluta e increíblemente  infinita.

Esta explicado que cuando el cuerpo descansa, abrigado, en oscuridad, no gasta casi energía en otra cosa que no sea bioreparar sus células. No gasta energía en la atención de la vigilia, ni en la coordinación de los movimientos, ni en pensar y hablar, ni en digerir, de ahí el decir del vulgo de no ir a dormir pesados, ni en mantener los 37 grados de temperatura porque se duerme abrigado. Toda esa energía de la cual no dispone durante el día, la utiliza nuestro cuerpo para biorepararse mientras descansa. Se repara célula por célula, metabolismo por metabolismo, corte por corte, arteria por arteria, siempre y cuando cuente con los elementos para hacerlo, y aquí nuevamente el valioso aporte del Agua de Mar.

ES IMPOSIBLE que nosotros preparemos una comida en el cual haya 118 elementos proporcionados  en forma perfecta e igual a nuestro medio interno  en solo 250 ml de líquido.  Es imposible que  podamos hacer esta ofrenda a nuestro cuerpo si no existiera el Mar, no hay forma de reproducir este líquido tan completo,  tan perfecto, tan alcalino y tan indispensable para nuestra salud.

Teniendo claros estos conocimientos, me atrevo a afirmar que no hay más que muy escasas posibilidades de enfermar. (Solo nuestra psiquis queda fuera de los beneficios del agua de mar).

ES ASI DE SIMPLE…, tan simple, que tomándose como una simpleza no se acepta como la Verdad Absoluta que  es. 

A los médicos les cuesta más aún aceptarlo puesto que,  acostumbrados como están por su profesión, a intervenir en los momentos de mayor desequilibrio, que se genera en cada organismo que enferma y, a verse enfrentados permanentemente  con el sufrimiento, el dolor, el deterioro, la pérdida de función y eventualmente el fin de la vida de quienes asisten, el agua de mar casi seguramente les llega tarde. A ellos es muy difícil cambiarles el paradigma y, decirles que todo eso contra lo cual han aceptado por vocación  luchar  se puede evitar.  Que se puede evitar la enfermedad. Que se puede vivir en salud. Que se puede envejecer y dejar de vivir,   en salud.

Lo escribo con convicción, puedo aportar experiencias dignas de ser conocidas, como la historia y los éxitos contundentes de los tratamientos  de Raneé Quinton (1904), Las categóricas experiencias de la Dra. María Teresa Ilari en Nicaragua o del Dr. Ángel Gracia en España o de Laureano Domínguez en Colombia entre tantos otros.

Los Laboratorios Quinton en Francia (oficializados hasta 1980, suero Quintón) y en Estados Unidos venden carísimos sus frasquitos con agua de mar. La Fundación  Acuamaris de España igual, miles y miles de litro se expenden a la población en carísimas botellitas. Ahora Laboratorios Quinton ha abierto sus puertas también en Estados Unidos.

 Justifican los costos explicando que el Agua de Mar  se junta en los vortex donde se cruzan corrientes marinas.   La verdad es que se recoge perfectamente bien,  desde cualquier  orilla alejada de efluentes de agua dulce y, evidentemente no cerca de efluentes cloacales y  argumentan que hay filtrados parciales. (No son necesarios, todo lo  contrario) que garantizan su pureza etc. etc.   . Es evidente que el mundo seguirá gobernado por los laboratorios mientras las personas no comprendan la esencia y el funcionamiento de sus cuerpos.

Lo digo también por experiencia propia, Nosotros con Eduardo hace 10 y 7 años que tomamos diariamente Agua de Mar, como sabemos que es Panatómica (todos los mares iguales en todo el mundo salvo el Mar Muerto) y sabemos  que no tiene vencimiento la juntamos con un balde a orillas de una zona de mar abierto lejos de cauces de agua dulce y dejando decantar arenillas lo guardamos en bidones de 10 o 20 litros, todavía está impecablemente fresca la primer juntada de hace 10 años.

La tomamos diariamente no solo nosotros, sino nuestra familia que, tienen para los niños un dispenser para cuando piden en casa. 

La toman como desinfectante orofaríngeo nuestras cuidadoras del Servicio de Vivamos y de un plantel de más de 300 enfermeras y cuidadoras que se movilizan diariamente en transporte público y asisten a pacientes con todo tipo de enfermedades, incluyendo las respiratorias, el supuesto Covid y frecuentan permanentemente ambientes hospitalarios con gérmenes resistentes. No hemos tenido un solo disgusto en  más de año y medio de Pandemia.

Las seis prestadoras que tuvieron cuadros compatibles con Covid lo superaron sin problemas en sus casas. 

Las Cuidadoras mantienen los protocolos oficiales y la utilidad de los tapabocas como medida de higiene es desde siempre indiscutida cuando se atienden pacientes o como protección personal en la calle.

Entiéndase que hablamos de tapaboca, no de tapa nariz que es absolutamente perjudicial para la salud pues nos obliga a respirar nuestro propio aire exhalado causando disminución de los niveles de oxígeno, (ya hablamos de alcalinidad +oxígeno para evitar enfermar) situación gravísima en niños en desarrollo y en adultos mayores.

Toda esta realidad que manejo a diario, y el constatar muertes traumáticas como han sido las muertes de los mayores durante este año y medio,  separados y aislados, aterrados y angustiados que van sucediéndose uno tras otro a lo largo de esta «pandemia» tan mal informada, con tantas  muertes evitables.  Muertes con diagnósticos confundidos, coronariopatías y ataques cardíacos etiquetados como Covid, mayores  aislados que, después de muertos presentan resultados  de Covid negativos.

 El pánico del AISLAMIENTO en todos, lleva al reflejo del náufrago, provocando cierre de los túbulos colectores renales y, tras esto: inundaciones pleurales, neumonías  y efectos de acumulación de líquido en  otros órganos vitales. Todo por desconocimiento de la tremenda ANGUSTIA  E INDEFENSION que provoca el aislamiento intempestivo e innecesario… Porque las cuidadoras y enfermeras pueden acompañarlos y no se permite hacerlo a un hijo o hija aun haciéndose responsable de su supuesto riesgo.. Porque han tenido que morir en esa soledad si el personal que los asistió, el nuestro por lo menos desinfectándose cada 2 horas no tuvo contagios ?…

 Mayores aislados e internados por sospecha de Covid,  que dando resultado de Covid negativo, se contagiaron de patógenos intrahospitalarios y no hay antibiótico que pudiera  alejarlos de la muerte, ni hijo que le pueda dar la mano, acariciar sus canas,  besar su frente, ni visitar, Ni médico que acepte que haciéndole tragar agua de mar se hubiera terminado con todos los gérmenes del tracto digestivo en minutos. Y poniéndole un nebulizador con agua de mar se hubiera terminado casi seguramente  con los patógenos de las vías aéreas en muy breve tiempo.

Es imposible, pero imposible describir el sufrimiento ajeno, diario que he  escuchado y escucho  intentando  consolar  en el seno de  las más de 200 familias cuyos mayores atendemos diariamente.

 Sufrimiento evitable, muertes evitables, sufrimiento que nace del desconocimiento y la terquedad. Sufrimiento basado en el manejo soberano de los intereses económicos  de los laboratorios por lucrar con la falta de salud y por esforzarse en mantener la mayor cantidad de población con enfermedades crónicas vivos, la mayor cantidad de años posible.

Creo y más que creer, me siento en la obligación de pedirles que intenten tomar la protección de la salud personal y de vuestros seres queridos en vuestras propias manos evitando enfermar.

No crean  lo que se trasmite en los medios, y mucho menos crean que el sistema está  pensado para protegerlos. La documentación sobre el final de la tercer etapa de las pruebas de absolutamente todas las vacunas entregados por los propios laboratorios fabricantes es para el año 2023. Sin precedente y a mi juicio escandaloso promoverlas. Las considero «falta» iatrogénica pura en jóvenes y niños.

Seguramente cause rechazo lo que aqui digo,  porque provoca desconfianza e incertidumbre y es aquí donde creo que debemos lograr el cambio de rumbo por  nuestro  bien y el de todos.

Si aceptamos como comprobado y comprobable el riquísimo aporte para nuestro organismo  del Agua de Mar, tanto como desinfectante local en  orofaringe, como alcalinizante corporal  y como nutriente completo que posibilita la bioreparación  de los metabolismos celulares, lograremos vivir en salud  pues al organismo no le faltara nada y así lograremos  no depender de nadie más que de nosotros mismos para cuidarnos.

Se puede no tener más miedo a los contagios, se puede recuperar la libertad y los abrazos, se puede contribuir a terminar con la pandemia, se puede garantizar la salud de todos, simplemente incorporando Agua de Mar a nuestra vida cotidiana.

Espero que reciban estas líneas con todo el afecto que fueron escritas…

Dra. María Celia C. Aguilar

«El futuro manipulado» Escribe Ángel Quintana.

«En la nebulosa de los tiempos, donde los refugos de épocas muertas, de generaciones de humanos en lucha permanente por la supervivencia(unos), y otros empeñados en la destrucción, violación y desaparición de todo signo viviente sobre el planeta ya no azul…» Ver toda la columna:

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión: «El futuro manipulado».

«..se yergue un álito de lo que pudo ser y expiró, o en su defecto la recomposición y reconstrucción se hacen palpables; ¿quizás sea posible?, mas lo primero se hace factible a la segunda posibilidad…

Debo ser positivo, y quisiera serlo, pero las nubes negras sobrevuelan nuestro entorno trayendo un vendaval de funestas predicciones, donde, al conocer mas a la raza humana se hace tangible y palpable el agorero panorama.

Me imagino, en mi delirante mente ya agotada un escenario, que, de seguir con las proyecciones actuales es de muy mala presencia y peor desenlace para la tierra y su contenido.

No quisiera ni pensar qué será de nuestro arroyo, si un verdadero torrente de vida y aguas cristalinas, o un gran desague donde fluyen aguas negras y pestilencias que supuran de una ciudad basurero, ya sin arterias ni vida saludable, solamente un hormiguero enorme relleno de la escoria que nosotros fraguamos sin cesar.

Pienso, a su vez, en lo contrario del mal que ronda mi cabeza, con una urbe pletórica de vida, de esperanza, de emprendimientos sin parangón, con un arroyo idilico, donde conviven renaciendo continuamente la flora indigena extinta pero al acecho de buenas acciones humanas, bañadas con el límpido liquido elemento sin contaminar y permanentemente rehaciéndose hacia la pureza absoluta. ¿podrá ser?… es factible teniendo en cuenta el poder y la creatividad del ser racional.

En estos instantes o momentos efímeros en los cuales nos debatimos entre los distintos matices que adornan a nuestra gente, con una pugna de lo bueno con las miserias ancestrales que nos atenazan sin contemplación, en una lucha sin cuartel debería quedar en el campo de batalla  un cernidor de acciones que puedan rectificar lo malo de las conductas que se ensañaron con el medio ambiente, aprovechando el poco tiempo que resta para evitar el apocalipsis.

Las generaciones futuras tendrán una titánica tarea de moldear la grotesca configuración de un mundo agonizante, con pocos elementos que ayudarían a restaurar el sistema e intentar que ese desolado páramo sea habitable y pueda desarrollarse saludablemente, siempre y cuando trabajemos solidariamente y de forma conjunta con nuestros hermanos los animales y las plantas, que servirán para inyectarnos de valor y convicción, desechando lo malsano y tenebroso de lo que está conformado el hombre moderno.

La actitud es un ejercicio que no hemos practicado muy frecuentemente, olvidada ya que la sobrevivencia parecería ser la solución a todos nuestros padecimientos, demostrando que somos terriblemente egoistas e irresponsables…, la ignorancia nos gana y lo material es el lecho ideal para nuestros sueños.

ANGEL QUINTANA

«La indiferencia que corroe el alma…»

«Y la indolencia termina por avasallar la voluntad». Ver toda la columna de Ángel Quintana.

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión: «La indiferencia que corroe el alma…»

El agotamiento me atosiga de forma continua y mortal… estoy cansado, agobiado, derrotado y con el alma vacía.

Veo, aun en los sueños inquietos de una noche interminable  fantasmas que sobrevuelan mi eterno insomnio, ese paradigma de mis desvelos por el prójimo, y un idealismo que no remite ante el escenario  cotidiano del entorno desaliñado de una urbanidad que es carcomida por la desidia, la ignorancia, la maldad y la envidia personas que se «acostumbraron» a sembrar sus miserias, a  profanar constantemente los intentos de aquellos que aspiran<todavía< a un mundo en calma.

me asusta la indiferencia que me gana y atosiga mi integridad, mis anhelos mundanos, mi acopio de voluntad en subsanar  la decrepitud de escenas que me hieren profundamente… como la basura pérfidamente volcada a metros de los contenedores, en los espacios que comunmente son esparcimiento  de los niños, y habitáculos de animales abandonados obligados a ingerir la carroña humana. 

Yo no puedo, no me permito la licencia que me dan  mis derechos constitucionales increpar al vecino por sus tropelías, sus desaciertos ambientales, sus malos ejemplos a sus hijos, ya que  mi vida se transformaría en un infierno, con atosigamientos permanentes, y mi estabilidad emocional en franco deterioro, debo preservar mi salud y de mis seres queridos, y me lo repito… tragar mi frustración, mi fracaso, y ser espectador privilegiado de mo mi visual en el entorno barrial se transfigura y  esos excesos  se vuelven «normales».

No me permito fustigar al gobernante de turno por su inoperancia, su falta de decisión y de clarividencia a la luz  de un panorama que se torna cada vez más lúgubre. Tampoco me animo a sostayar la falta de  creatividad y de voluntad ante el deterioro manifiesto.

No quiero plantear,a quien corresponda, aquellos representantes de nuestro pueblo, qué  utilidades o enseñanzas han  cosechado  en los muchos colóquios, simpósios, congresos que han sido partícipes en el extranjero, y que se podrían aplicar en esta yerma tierra, vírgen de logros novísimos que nosotros  no estamos capacitados para diseñar por nuestra propia inteligencia.

He de reiterar porfiadamente que el escenario que me rodea es de una letanía,de un quietismo pérfido, que creo que no ha sufrido transformación alguna en muchas décadas, sí se ha degradado y la erosión es tan profunda que lo útil ya no existe como para intentar una timida transformación.

Pero… seguiré en mis convicciones ya que ello es el bálsamo que sostiene mi eterna esperanza, que al fin y al cabo nutre el incomprensible afán de la supervivencia.

Desde que el hombre existe sobre la tierra, quien sabe de donde vino, si de una larva, una bacteria o del espacio exterior, ha dejado su indeleble sello de destrucción, de despojos, de osamentas y asentamientos que luego nos hemos encargado de desenterrar acicateados por nuestra natural curiosidad por lo ancestral, para saber de sus costumbres, sus horrendas profanaciones y ofrendas a sus dioses, dejando de lado nuestros modernos atributos de como se destruye  sistemáticamente  lo logrado.

Esa es nuestra misión¡¡

ANGEL QUINTANA

Foto de portada: Álex Rovira.

«Malos» escribe Ángel Quintana.

«Qué incomprensión de mi intelecto se me plantea respecto al titular de este escrito!!…» Ver toda la columna aquí:

El periódico comparte un nuevo espacio de opinión: «Malos».

Debería decir… «confrontación entre vecinos malos y gobernantes malos», o quizás se emparenta mi reflexión con la de… «Desidia ante  el evidente y decadente entorno urbano».

El juego que asisto cotidianamente y veo anonadado a muchos integrantes de nuestra sociedad, con el capricho o la  sostenida  liviandad ante causales lacerantes que chocan con la incredulidad de los sensatos, como lo reflejan actos demenciales como el del capricho o provocación de no verter los desechos domésticos  en los contenedores, y sí en algún terreno  de notoria y dilatada fama de baldío, con el caso concreto del emblemático  «campito de los circos «allí entre las calles Treinta y Tres y Gral. Flores. Tan evidente  es este predio con su constitución de «tierra de nadie y de todos»,  cumpliendo su misión con total solvencia y esmero cada vez con mayor ahínco y perseverancia.

Este eco que pretendo sea palpable para ciertos hombres representativos y custodios de nuestra dignidad, y para aquellos resentidos, o que se sienten relegados de nuestro entorno y que diseminan su humor ensuciando el medio ambiente tan mancillado, buscando con este grito un rapto aun leve o una señal de cierto arrepentimiento y que expresen el  porqué de esos actos.

Deberíamos «copiar» o asimilar situaciones en otras ciudades, como Carmelo que pretende, como forma de erradicar los basurales colocar cámaras que vigilen esos sitios con el signo fundamental de desenmascarar a esos vecinos malos.

Aquí en nuestra comarca existen puntos endémicos sin resolución y en expansión, y que no se le ha dado el debido tratamiento para su erradicación. Me refiero solo a uno de ellos, ubicado en la ¿squina de Treinta y Tres y Martínez Diez, donde, además del acopio de la poda se asocian bolsas de resíduos domiciliarios a escasos metros de 2 contenedores, y por lo pronto ninguna autoridad ¿ha intentado algún tipo de acción al respecto, soslayando la impunidad total. ¿Será tan honeroso colocar una cámara de vigilancia?

¿Somos distintos los que piensan en una armonía de sustentabilidad y dignidad?

Seguimos sin domesticar nuestro gesto maléfico en ciertas cuestiones que hacen a la convivencia armónica, y se convierten en meros espectadores aquellos que entendemos tienen que vigilar esas acciones fuera de contexto y reprender como es debido los desbordes de los «auto-marginales sociales», que no aceptan los códigos de debido respeto al prójimo.

ANGEL QUINTANA

«Ante la oscuridad, un haz de luz…» Escribe Ángel Quintana.

«Ante una idea, una propuesta o una actitud positiva, no debemos interponer  nuestros humores, ni el sesgo profundo e insidioso de la ignorancia, esa manifestación que nos lacera y que alza un muro incomprensible a aquellos que quieren remediar en parte todo lo maligno que le hacemos a la tierra…» Ver toda la columna:

Cuando la intención profundamente alentadora aflora, y aquellos autores compenetrados en ello se sienten soliviantados por el apoyo recibido… qué satisfacción del deber cumplido!!!, y es un bálsamo luego de tanta desidia, aunque el esfuerzo sea imperfecto y rudimentario…. seguirán proponiendo hasta arribar a la solución.

Es por eso que mis sentidos remiten y se entregan a una esperanza que resurge tenue pero visible;  es el propósito del conglomerado  de Alcaldes del departamento que han reaccionado y le pondrán intención fehaciente a una batalla contra el estigma de la degradación  ambiental, en la forma de acopiar -en sitios estratégicos de cada ciudad del departamento- de  todo envase de plástico que amenace el ecosistema, y con ello recuperar el material   con el reciclaje y transformarlo en elementos útiles para nuestras comunidades.

La conciencia ciudadana está latente, solamente le debemos dispensar una atenta enseñanza con el ejemplo, y que éste sea artífice de una masiva corriente sanadora, sin ataduras, criticas ni malintencionados gestos y agravios, que solo pisotean y profanan lo que se logra con cariño.

El hombre solo no puede encarar y materializar el flujo de ideas fecundas, y ese buscar aliados en el contexto  ciudadano  resienten su actitud y aptitud  y lo hace dependiente  como  un mendigo atesorando una dádiva… y se desgasta y desanima.

En cambio el panorama se sanea y se magnifica  con la preeminencia y fuerza de los órganos municipales,  que poseen un radio de acción creíble y que pueden cambiar una utopía por algo tangible.

Debemos, por que es un dictado ineludible de la sociedad, ejercitar la buena  intención  de  despojar de basura  indigna nuestro hábitat, simplemente con actitud reflexiva… que así sea!!!

ANGEL QUINTANA