El Instituto será dirigido por un Consejo Directivo conformado con un representante del Ministerio de Ganadería, que lo presidirá , un representante de la Comisión Nacional Honoraria de Zoonosis, un representante del Ministerio del Interior, un representante del Congreso de Intendentes, un representante del Facultad de Veterinaria, un representante de las agremiaciones de productores rurales y un representante de las protectoras de animales.
Una de las competencias del Instituto será planificar, organizar, dirigir y evaluar los programas de acción tendientes a la protección, promoción y concientización de la tenencia responsable de animales.
Asimismo, el Instituto ejercerá el control de la cantidad existente de animales de compañía, organizando, implementando y supervisando, directamente, las campañas de identificación, esterilización y castración.
En los casos que sea necesario, el Instituto confiscará aquellos animales sujetos a maltrato o crueldad por parte de sus tenedores, aquellos que impliquen un peligro grave y cierto para la salud de otros animales o la integridad física o salud de las personas.
Todo tenedor, a cualquier título, de un animal deberá mantenerlo en condiciones físicas y sanitarias adecuadas, proporcionándole alojamiento, alimento y abrigo en condiciones adecuadas según su especie.
El artículo 390 de la Ley de Urgente Consideración declara de interés general la creación y gestión de un Programa Nacional de Albergue de Animales Callejeros con la finalidad de dar protección a estos en su vida y bienestar.
El artículo 395 plantea la instalación de centros de castración, que estarán distribuidos en todo el país en función de la cantidad de población y de la cantidad de animales aproximada de la zona.
Por su parte, desde la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU) reclamaron formar parte del consejo directivo del Instituto. La presidenta de la SMVU, Margarita De Miquelerena, dijo que este proyecto no contempla a la Sociedad «que es quien representa la profesión veterinaria dentro del país». «Entendemos que un Instituto de Bienestar Animal si se lo dota de recursos sería un puntapié inicial de solucionar un problema, que en realidad nunca ha tenido el direccionamiento técnico adecuado como para tener resultados efectivos» concluyó.
Subrayado
