Se crea Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica: la salud es una sola

La Razón

Esta semana se realizó el lanzamiento del Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica (CIVE), que hará posible el trabajo en red entre la Udelar, el Instituto Pasteur e INIA, para realizar investigaciones dentro de la lógica de «una sola salud»: animal, humana y ambiental a la vez.

El centro tendrá como objetivos realizar la identificación de patógenos que puedan afectar a animales y humanos, el diagnóstico de enfermedades infecciosas, la identificación de brotes y patrones de transmisión, el seguimiento de resistencia a antibióticos y el desarrollo de vacunas. Se trabajará en las áreas microbiología molecular, secuenciación genómica, robótica y automatización de procesos. Funcionará en un sector del Instituto Pasteur (IP).

Allí se realizó el acto de lanzamiento, con la presencia de los ministros de Salud Pública, Daniel Salinas, de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y de Relaciones Exteriores, Ernesto Talvi. El proyecto fue presentado por el rector Rodrigo Arim, el director del IP, Carlos Batthyány, y el presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), José Bonica.

Asistieron los embajadores en Uruguay de Reino Unido, Ian Duddy, de Estados Unidos, Kenneth George, y de Francia, Hugues Moret. Sus gobiernos realizaron importantes donaciones para hacer posible la creación de este centro. También se recibieron los aportes de John Christian Schandy, Roberto Palermo, presidente de la Banca de Quinielas, Carlos Abboud, Sylvie y Max Patissier, la Cámara de Especialidades Farmacéuticas y Afines (CEFA), Saceem y L’Oréal Uruguay.

Talvi recordó parte del discurso que el expresidente Jorge Batlle realizó en noviembre 2004, en la fundación del IP: «lo que estamos haciendo hoy es de las cosas más trascendentes e importantes que se puedan hacer por un país. Nos va a obligar a los uruguayos a ser mejores». Señaló que la creación de este centro es otro paso trascendente que honra la obra del expresidente.  

Felicitó a Udelar, el IP, INIA y a todo el sistema científico nacional por la iniciativa de conformar el que será «un centro modelo a nivel nacional y regional para identificar patógenos que puedan generar emergencias sanitarias, prevenirlas y neutralizarlas». También agradeció a todos los donantes por su generosidad. Finalmente expresó que «Uruguay es mucho más continuidad que cambio», por lo que espera que en quince años más se pueda estar lanzando otro centro de vanguardia para impulsar el trabajo científico nacional.

Arim agradeció al canciller Talvi por su esfuerzo para concretar esta iniciativa, que fortalece la infraestructura en ciencia y tecnología en el Uruguay. Destacó que este centro apunta a la complementariedad institucional, y aclaró que su trabajo no va a sustituir los esfuerzos que realizan el Ministerio de Salud Pública o el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en el control sanitario. Se refirió a la noción de «una sola salud», que se basa en la estrecha vinculación que existe entre la salud animal, la humana y la ambiental, algo que la actual pandemia de Covid 19 pone de relieve.

El CIVE sale al encuentro de la necesidad de innovar y hacer dialogar a los responsables de políticas nacionales como los ministerios, con la academia y los centros de investigación locales, explicó: «lo hacemos con una vocación de red», entendiendo que las autoridades competentes tienen que estar integradas en la gobernanza de este tipo de centros, y que los laboratorios deben «funcionar con lógica territorial». Esta dimensión tomó relevancia en el transcurso de la pandemia por Covid 19, explicó: hoy el país tiene desplegados laboratorios que realizan diagnósticos de la enfermedad en Montevideo, Salto, Tacuarembó y próximamente Rocha, gracias al esfuerzo de colaboración entre ASSE, la Udelar, el IP, el INIA y la División de Laboratorios Veterinarios del MGAP. 

Por esa misma «vocación interinstitucional», Arim recordó a cuatro «universitarios de fuste» cuya gestión fue de gran importancia para la concreción del IP: Eduardo Touyá, Mario Wschebor, Guillermo Dighiero y Ricardo Ehrlich, actores con procedencias políticas diversas, cuya iniciativa «logró germinar» cuando encontró terreno fértil en la presidencia de Batlle. Esto pone de manifiesto que «las apuestas de largo plazo dan frutos también de largo plazo», debemos hacer dialogar los conocimientos logrados gracias a esa apuesta, «protegerlos de los vaivenes de la vida política y sostenerlos en el largo plazo», concluyó.

Ligas mayores

Por su parte Bonica agradeció los esfuerzos y aportes para la concreción del centro. Valoró el desafío de llevar adelante un proyecto en colaboración para investigar pensando en una sola salud, y dijo que la idea es una consecuencia positiva de la crisis sanitaria actual. El trabajo interinstitucional se cumplirá con «esfuerzo y compromiso», resaltó.

Batthyány agradeció a todos los que se entusiasmaron con la propuesta del centro, y aportaron con su gestión o con donaciones. Explicó que el CIVE no tiene como objetivo principal la vigilancia epidemiológica, esta compete a los organismos rectores de la política sanitaria nacional. Se realizará con ellas «un trabajo mancomunado y en equipo para aportar soluciones innovadoras y nacionales a problemas nacionales». Además de las autoridades rectoras existentes, se espera sumar al futuro ministro o ministra de Medio Ambiente, cuando esa secretaría sea creada.

Afirmó que con la epidemia de Covid 19 «aprendimos la importancia como país de apoyarse en la ciencia», los científicos más jóvenes fueron los que lograron encontrar soluciones nacionales «en un momento en que no íbamos a poder comprar en el extranjero esas soluciones. Teníamos un sistema científico que estaba preparado para jugar, pero nunca habíamos jugado un partido en la liga mayor». Los jóvenes lograron jugar «a primerísimo nivel», indicó.

Destacó también que «todos los países que hoy son desarrollados lo son porque en algún momento de su historia, por un periodo de 30 o 40 años, decidieron invertir un porcentaje no muy grande de su PIB, en el entorno del 4%, en ciencia, tecnología e innovación». Para concluir citó fragmentos de una carta  escrita en 1984 por Ehrlich. Hacía referencia a la revolución científico-tecnológica que ocurría en el momento y planteaba la necesidad de que «cualquier intento de acompasamiento, aún parcial y limitado, de nuestro país, al desarrollo contemporáneo, pase inevitablemente por la formación de un grupo de científicos». Estas palabras adelantaban lo que podía pasar si no invertíamos en ciencia y tecnología, «invertir en ciencia, tecnología e innovación no es un gasto, es una verdadera inversión a futuro», afirmó.

En primera línea

Palermo explicó que la Banca de Quinielas realizó la donación no solo por solidaridad, sino también como reconocimiento a quienes trabajaron para evitar que se propagara el virus, a las autoridades de la Udelar y del IP, que «con mucha previsión ya en febrero estaban investigando cómo secuenciar los reactivos para poder hacer el kit uruguayo, sin que existieran en ese momento políticas públicas sobre el tema; se adelantaron y eso le permitió a Uruguay reaccionar con rapidez y ser hoy un ejemplo en el mundo».

Añadió que las pandemias generan cambios sociológicos y culturales y uno de ellos es reconsiderar cuál es nuestro rol en la sociedad. Otra de las razones detrás de su donación es la voluntad de la Banca de unirse a fondos de inversión público-privados, como existen en otros países, que desarrollen «ideas disruptivas como las que fomenta la Udelar y el IP, nosotros vamos a apoyar esos proyectos para que Uruguay pueda exportar biotecnología y servicios de tecnología».

Por su parte el embajador Moret resaltó que cada país debe tener una diplomacia fuerte de la salud, pero también se necesita un «multilateralismo de la salud». Para Francia la OMS es una llave maestra en este sentido: las pandemias son globales, por lo tanto las respuestas de la salud deben ser globales, reflexionó.

Asimismo, señaló que no puede existir un sistema de salud fuerte y organizado sin institutos de investigación poderosos y organizados, y recordó que su país contribuyó con la creación del IP y este cuenta con su apoyo incondicional. Esta pandemia, indicó, hizo que el IP se transformara en una pieza clave de la respuesta sanitaria para luchar contra el Covid-19. En este sentido, remarcó la necesidad de que cada país cuente con una política pública para la ciencia y la investigación, y que dote de recursos presupuestales a las instituciones de esa área.

El embajador de Estados Unidos opinó que ningún país ha hecho un óptimo trabajo controlando esta pandemia, tanto los ciudadanos como el gobierno uruguayo, «sin duda este Centro tendrá un rol muy importante, no solo para avanzar en estudios que ayudarán a proteger a la región de pandemias futuras, sino también para atraer a otras personas que vengan a Uruguay por su desarrollo tecnológico».

Zerbino, presidente de CEFA, afirmó que el IP es «una locomotora de investigación científica» y que la Udelar y el INIA son reconocidos por sus frutos: «tenemos un sistema de investigación y desarrollo que nos puso en primera línea y hoy el mundo nos admira por eso, tenemos que aprovechar esta oportunidad para que esto se automatice». Recordó que actualmente Uruguay está destinando solo un 0,4% de su PIB en investigación y desarrollo, mientras que a nivel mundial se espera que aparezca una vacuna, lo cual implica mucho trabajo, muchos planes estratégicos e investigación. «Uruguay ya demostró al mundo que está capacitado para hacerlo en escala, tenemos 7500 millones de personas a las que les podemos vender valor agregado si acá investigamos, patentamos y vendemos investigación de primer nivel como fueron los kits de diagnóstico», concluyó. 

Por último, el embajador Duddy expresó que esta pandemia demostró una vez más la importancia de la coordinación y cooperación internacional, por eso su gobierno decidió contribuir con Uruguay con fondos para enfrentar el Covid-19, la mayoría dirigidos a este nuevo Centro, que contará con equipamiento y tecnología británica de la empresa Oxford Nanopore Technologies. Sostuvo que este Centro será clave para que el país siga estando a la vanguardia y preparado para enfrentar lo que pueda ocurrir a futuro.

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