Brasil superó este viernes los 130.000 muertos por coronavirus, según datos oficiales que confirman un ritmo en clara desaceleración de la pandemia, pero que no despejan los temores de una recaída.
El Ministerio de Salud comunicó 874 fallecidos y 43.178 contagios en las últimas 24 horas, con lo cual los balances se elevan a 130.396 decesos y 4.282.164 casos.
El gigante sudamericano, de 212 millones de habitantes, es el segundo país con más muertos por el COVID-19, superado solo por Estados Unidos, y el tercero en número de casos, por detrás de Estados Unidos e India.
El promedio diario de muertes es de 696 considerando los últimos siete días, una cifra que confirma que la ola letal ha perdido intensidad.
Desde inicios de junio hasta inicios de agosto, el país se mantuvo en una agónica meseta que raramente descendió de los 1.000 muertos diarios en promedios semanales.
NUEVAS RESTRICCIONES EN RÍO DE JANEIRO
El Gobierno de Río de Janeiro implantó desde hoy nuevas restricciones a su población debido a la recurrente aglomeración en sus bares y playas, y prohibió la ingesta de bebidas alcohólicas a la noche en la calle.
Esto supone un duro revés para la vida nocturna del estado que parecía de regreso a la normalidad, tras la parálisis provocada por la pandemia.
Las aglomeraciones de gente tomando cerveza, capirinhas y otros cócteles frente a los bares a la noche llevaron a las autoridades a prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en la calle después de las 21.
La medida, adoptada por el gobernador interino, Claudio Castro, y publicada hoy en el Diario oficial, tuvo el apoyo del alcalde de la capital homónima, Marcelo Crivella, quien ya había anunciado el regreso de restricciones en bares, restaurantes y playas por las multitudes registradas en las últimas semanas.