El coronavurius, el calor y el alcohol son tres ingredientes que fácilmente pueden dar para una noticia, aunque esta sea inventada. Recientemente podíamos ver en las redes sociales una fotografía en la que supuestamente un bote de hidrogel alcohólico provocaba un incendio en la puerta de un coche, levantando muchas alarmas acerca del peligro que este líquido desinfectante pueda tener si lo dejamos en un coche al sol.
En realidad la fotografía se situaba en España, Italia o Brasil. Y en cualquier caso se trataba de un bulo. Es prácticamente imposible que un incendio se origine por la inflamación del hidrogel al haber dejado el frasco en un coche.
Por mucho que un coche esté aparcado al sol y alcance en su interior altas temperaturas, el alcohol sanitario tiene un punto de ignición de 300 ºC y el del hidrogel es todavía más alto, por lo que es prácticamente imposible que arda o que provoque una explosión dentro del coche. Solo tenemos que pensar que a 300 grados no solo ardería el bote de alcohol, sino que el propio plástico del salpicadero y de las puertas se derretiría.
Pero un frasco no es del todo inofensivo. Según recoge Autocasión, si el recipiente es una botella transparente, cabe la posibilidad de que concentre los rayos de la luz del sol como si fuese una lupa y pueda provocar daños la tapicería, paneles de puerta, salpicadero, o consola. Es el mismo daño que, por ejemplo, podría causar una botella de agua abandonada al sol en el interior del coche.
Puede parecer un despiste carente de riesgo, pero puede ocasionar daños graves a raíz de un incendio. Además, el calor incrementa el desarrollo de bacterias y gérmenes, debido a que las temperaturas altas hacen que se multipliquen, por lo que si dejamos una botella de agua al sol cualquier microorganismo se puede multiplicar y llegar a provocar una infección si después bebemos de esa botella.
Para evitarlo debemos llevar estos botes (y en general cualquier frasco) en zonas donde no les dé la luz solar directamente, ya sea en la guantera o en el cofre entre los asientos.
Además de las aparentemente inocentes botellas de agua, otro de los importantes riesgos de incendio se deben a las colillas. Según la DGT casi el 3% de los incendios forestales son originados por colillas abandonadas en la Naturaleza. Y un importante porcentaje de esas colillas ‘viajan’ en nuestros vehículos y llegan a nuestros bosques y espacios públicos a través de las ventanillas. Arrojar desde el coche colillas de cigarrillos u otros objetos está castigado con multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del permiso de conducir.
ABC.es
