Este lunes murió con covid-19 una mujer de 75 años que vivía en el hogar Sarandí, de Colonia Valdense, una institución especializada en la atención de personas con discapacidades severas que pertenece a la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata:
La directora de la institución dijo que otros afectados “están reponiéndose”; familiares denuncian atraso en la vacunación y “omisión del Estado” en atención a personas con discapacidad.
Alma Malán, directora del hogar Sarandí, explicó a la diaria que la persona fallecida este lunes “tenía otras comorbilidades y era añosa”; también recordó que la usuaria vivía desde hacía 41 años en la institución. El comunicado del hogar Sarandí especifica que la usuaria ingresó el 9 de julio de 1979, proveniente de Chico Torino, localidad de Colonia Valdense.
Malán destacó que los otros usuarios de la institución con covid-19 “están reponiéndose tanto en el hogar como en sus casas”. Puso como ejemplo a la compañera de habitación de la persona fallecida, una mujer de 86 años “que estuvo internada y que ahora está de nuevo en el hogar recuperándose”. “Eso habla de la calidad de atención que existe en el hogar, porque la expectativa de vida de las personas con discapacidades severas es menor a quienes no las tienen, y en el hogar Sarandí viven más años por la calidad de la atención que reciben”, destacó.
«Omisión del Estado»:
Federico Goyeneche es hermano de una usuaria del hogar Sarandí que actualmente está enferma de covid-19. La mujer, de 38 años, fue retirada de la institución por sus familiares la semana pasada cuando se detectó un foco de contagio en ese lugar. Actualmente se encuentra junto a su madre, también afectada por ese virus, en una casa ubicada en el balneario Fomento, “en condiciones bastante difíciles de sobrellevar”.
Goyeneche coincide con la visión que tiene la directora de la institución: “Las vacunas llegaron tarde al hogar Sarandí”, a pesar de “todas las gestiones que la institución y los familiares hicieron con la Dirección Departamental de Salud de Colonia, con la Digesa [Dirección General de Salud], y con el Ministerio de Salud Pública [MSP].
“Las vacunas llegaron tarde -recién la semana pasada-, y tenemos la sensación de que hay un único discurso que se escucha, que pareciera que aquí fuera todo mágico, que el programa de vacunación está perfecto, cuando se han cometido muchos errores. Ahora, el MSP no puede decir que no estaba al tanto de la situación de los usuarios del hogar Sarandí, porque se movió cielo y tierra para lograr la vacunación”, lamentó.
En el hogar Sarandí “había que dar 60 vacunas y se solucionaba una situación”, señaló. Según explicó, muchas personas que están allí “son inmunodeficientes y presentan muchas comorbilidades. Son personas con muchas precariedades de salud, no se puede entender que haya habido esa omisión de parte del Estado, a pesar de que se movió cielo y tierra”.
Goyeneche recordó que a principios de marzo las autoridades sanitarias incluyeron el hogar Sarandí entre las residencias de “larga estadía y anunciaron que aplicarían la vacuna Pfizer a los usuarios y después, recién la semana pasada, lo hicieron con Sinovac. Ha habido una omisión, una falta de cuidados a nivel del ministerio [de Salud]”.
Para Goyeneche, el encare de políticas de discapacidad sigue siendo una materia pendiente “en la sociedad y en el Estado”. “El tema de la discapacidad está escondido y subvalorado, la sociedad subestima esas situaciones. No es un tema prioritario. Los familiares de personas con discapacidad históricamente nos sentimos solos, y el atraso con las vacunas ha sido un golpe bajo”, enfatizó.
También lamentó la ausencia “casi total” de instituciones especializadas en la atención de las personas con discapacidades severas. “Es una situación muy dolorosa, donde la situación de fondo es que no hay instituciones que atiendan, con condiciones mínimas, a las minorías más vulnerables. El Estado ha permanecido ausente en el trato hacia las personas con discapacidad”.
Para Goyeneche, “la gente con discapacidad sufre mucho abandono, y nosotros -nuestra familia- somos privilegiados de que mi hermana esté en el hogar Sarandí, donde se brinda una atención muy buena”. “Hay un montón de gente que no tiene esas posibilidades, y los muchachos quedan sin ningún tipo de apoyo”. Destacó que tras constatarse un foco de covid “el hogar Sarandí ha hecho un gran esfuerzo, porque tienen mucho personal en cuarentena y el Estado no se hace cargo de esas situaciones”.