«Somos pocos, casi nada, ínfimos ante tanto desprecio por el medio ambiente, que atinamos a mitigar el flagelo de la basura generada por nuestro derroche y displicencia a la hora de desprendernos de esas miserias, y subsanar en algo tamaño despropósito». Ver columna completa:
Nuestro periódico comparte una nuevo espacio de opinión a cargo de Ángel Quintana y sobre «Los consechadores de basura».
No se ha tomado real dimensión y una conciencia plena que concierne al cuidado de lo poco que nos va quedando de nuestro bendito hogar celestial.
En nuestro diario trillar de nuestras calles «cosechando haciendo ejercicio» una abundante producción de desperdicios, y alimentar incesantemente los cestos colocados en Bulevar Rodó, hemos comprobado que ese gesto de la ONG., con su abnegada lucha y perseverancia ha causado en pocos habitantes un beneplácito sustantivo, el resto de nuestra población asiste indiferente a ese beneficio popular.
Se ha materializado y adosado al paisaje urbano ese corolario de mugre, que nos hemos acostumbrado a percibir como parte integrante del entorno, y no nos causa enojo alguno.
Sorpresa nos causa que, ante tanta desidia han sobrevivido indemnes los contenedores aportados por la municipalidad, salvo alguna acción vandálica aislada, el resto sigue cumpliendo se misión purificadora.