La Razón comparte una nueva columna a cargo de la Psicóloga Lic. Verónica Agustins, los invitamos a leer el artículo:
Socialmente se tiene la creencia que elegir una profesión, se trata de encontrar la vocación, como si fuera algo a identificar, invariable que está oculta, incluso de nosotros mismos. De aquí, es que surgen ideas de que con la aplicación de un test un Psicólogo puede decirnos que nos conviene estudiar.
Sin embargo, desde la Psicología se define a la Vocación como “Una construcción permanente, un constante juego dialéctico entre la subjetividad y el contexto. Comienza a formarse en los primeros años de vida y conforme a los diferentes modelos identificatorios y espacios de socialización, va tomando distintos nombres que en un momento determinado podrán o no constituirse en una carrera u oficio, en aquello a lo cual nos queremos dedicar”. (Mosca de Mori y Santiviago, s.f, Pág. 13). Aquí se plantea que la Vocación se construye a lo largo de toda nuestra vida de forma constante. Implica la interacción permanente entre nuestro “mundo interno” y el externo, de creencias y experiencias, aciertos y errores, de alegrías y tristezas. Asimismo, está en constante interacción con nuestro contexto y vida cotidiana, es un proceso que como tal, presenta etapas, dinamismos y tiempos, que son propios y particulares para cada uno de nosotros.
Elegir que estudiar es una tarea compleja, lo que se observa mayormente en quienes vivencian dicha situación, es preocupación por no saber que les gusta, desorientación, presión, miedo a equivocarse e incluso ansiedad y angustia. En algunos casos, es tanta la desorientación que a simple vista parece que no muestren interés por decidir. Tratan de no pensar al respecto o postergan la búsqueda de información de opciones de estudio, lo cual lleva a que tomen la decisión impulsivamente estando muy cerca de la fecha en la que tienen que decidirse por una carrera. Sin embargo, en otros es tanta la información que tienen, que les genera más confusión, porque todo les gusta o a veces todo lo contrario, no pudiendo resolver.
Otro de los elementos que más se identifica es el “miedo a fallar”, a estar desfasados de sus amigos si se dan cuenta luego que no les gusta la carrera. Miedo a la pérdida de tiempo y de dinero, lo cual, se agudiza más en los estudiantes del interior por la inversión que insume irse a Montevideo. También se observan ideas como “soy una persona indecisa porque no sé lo que quiero”, que responde a la creencia errónea de que la situación en la que se encuentran se debería resolver con cierta practicidad y sencillez y que la dificultad está en su forma de ser.
¿Qué cosas influyen en la complejidad del elegir que estudiar?
Etapa de la vida en la que se encuentran (Adolescencia): experimentan muchos cambios y viene acompañada de ciertas crisis. Decidir que estudiar, implica proyectar la vida contemplando nuestra identidad, en este sentido, refiere a responder a la interrogante ¿quién quiero ser?, identificar que me gusta y como quiero vivir, lo cual puede ser difícil, ya que en esta etapa la identidad está en plena construcción.
Creencias erróneas “No puedo equivocarme en la elección”:
Se piensa que elegir una profesión es una decisión totalmente irreversible o inmodificable, por lo que, en la adolescencia se definiría el “para toda la vida”, potenciando las vivencias de presión.
Distorsión en la percepción de sí mismo:
Es en función de cómo se ven y se valoran a sí mismos, que se abren o se cierran posibilidades de estudio y por lo tanto a lo que se permiten aspirar a ser. Comentarios de ejemplo: “no soy inteligente porque no me fue muy bien en el liceo, así que me voy a buscar algo bien cortito y fácil”.
Prejuicios:
Esto refiere a que se priorizan ciertas profesiones por sobre otras, en función de creencias e ideas estereotipadas socialmente. Ejemplo de ello, profesiones que consideran son para un determinado género, sin salida laboral, aptas solo para “inteligentes”, las que otorgan estatus social y prestigio en la sociedad, generan mucho dinero, entre otras.
Si te encuentras en esta situación, es importante saber que es complejo lo que estás atravesando, puede ser esperable sentir desorientación, frustración y miedo. No saber que profesión elegir y como transites dicha etapa no te define, no te hace una persona indecisa, es normal que existan dudas. Busca apoyo en tus amistades, familia, asesórate con un profesional, pero no te olvides de lo que ya puedes hacer, mirarte de forma amena, con defectos y virtudes, hablar de cómo te sentís con lo que estás atravesando, porque recuerda que lo que sientes, siempre es importante.
Lic. Verónica Agustins
Bibliografía:
Mosca, A., Santiviago, C. (2010). Conceptos y herramientas para aportar a la orientación vocacional de los jóvenes. Montevideo: INJU-MIDES. Elizalde, J, Azuri, A. (2002).
Una brújula para desorientados: Guía práctica para elegir tu vocación. Montevideo, Agora.