«No se reciben visitas» Escribe Ángel Quintana.

Ángel Quintana

«De que nuestra ciudad es lugar de paso… no es novedad; de que las fuerzas vivas de la comunidad hace ingentes esfuerzos para torcer esta situación es una realidad…» Ver columna completa aquí:

La Razón comparte un nuevo espacio de opinión:

…con un abanico de opciones para conocer los atractivos que tenemos… es un esfuerzo que amerita una atención mas directa y decidida de las autoridades locales, fundamentalmente dotar a la población de cierta infraestructura para así brindar al visitante de una visita placentera. El Arte Mural es -indudablemente- un sello de gran valor, sustentado por un número exiguo de vecinos que han utilizado su sensibilidad y visión en pos de un atractivo que le de a Rosario una identidad necesaria, teniendo en cuenta su gran historial, la longevidad de su establecimiento y el lugar geográfico y  estratégico que posee.

Pero, mientras tanto elogiamos a la ONG y las instituciones de servicio en su enorme trabajo para lograr beneficios para la comarca… no tenemos un hotel acorde a las necesidades actuales, ni establecimientos como una confitería que brinde al visitante o al viajero en tránsito un desayuno obligado y un ´pernocte seguro y confortable, teniendo que «emigrar» a otras ciudades cercanas que sí poseen esos servicios como en Nueva Helvecia o Colonia.

Al respecto, debo citar un acontecimiento que se generó hace un tiempo atrás con una pareja de cordobeses «de paso» por nuestra ciudad, en circunstancias en las que sufrieron un desperfecto en su auto, habiendo recurrido a un conocido mecánico de bulevar Zorrilla, quien los atendió solícito detectando en el rodado que debía requerir un repuesto  que llegaría al día siguiente. Mientras tanto la pareja argentina se hospeda en un hotel local a la espera de la solución y seguir viaje.

Posteriormente y al influjo de ingentes esfuerzos del mecánico logró éste subsanar el desperfecto sin utilizar el repuesto, por lo que los viajeros retornaron al establecimiento reclamándoles el dinero que habían abonado sin haber utilizado sus instalaciones, intenciones estas que no obtuvieron el resultado deseado, y con la decepción ´pintada en sus rostros y la convicción  de que nunca más visitarían esta ciudad. Como este incidente se unen varios casos, tales como un grupo de personas que participaban a una reunión de una ONG conocida, y a la hora del almuerzo se  enfrentaron a un rechazo del propietario del restaurant aduciendo que no estaban «preparados» para atender a tanta gente, por lo que tuvieron que hacerlo en un similar de Nueva Helvecia donde no tuvieron ningún impedimento.

Esto no es mas que meros avatares que diariamente se suceden en nuestra ciudad y que no son debidamente solucionados, con lo que alejan al turismo hacia otros centros poblados que sí están preparados para tales fines. Seguiremos huérfanos de este potencial ingreso adicional de recursos que bien le hacen a esta población, que no cuenta con fuentes fabriles que muevan este alicaído panorama laboral, que -además- no cuentan con una decisión política que pueda torcer esta triste realidad.
ANGEL QUINTANA

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